«Finuleito», así escribían la primera referencia histórica conocida sobre la parroquia de Fiolledo (Salvaterra de Miño) allá por el año 991. Esta tierra de buen clima y buenos cultivos fue aprovechada por la familia Avalle para la construcción del Pazo dos Señores de Fiolledo, quienes fueron enviados a esta zona fronteriza para imponer las nuevas leyes inquisitorias hacia finales del siglo XV.
Contaban que la Casa de Fiolledo es «la sexta más antigua de los solares de España».
Siglos después cuenta una historia citada por Álvarez Limeses, autor de Geografía General del Reino de Galicia, que el pazo era centro de reuniones carlistas y los realistas pusieron sitio a la casa y le prendieron fuego. Sin embargo los sitiados vaciaron los barriles de vino, cultivo tan extendido en estas comarcas y lograron apagarlo. No fue hasta el año 1882 cuando falleció el último señor de Fiolledo, D. José María Avalle y Pereira.
Hoy en día existen los restos privados de la casa junto a las ruinas de la capilla, pero poco podremos apreciar de su antigua configuración.
La época más esplendorosa de la familia fue con D. Gregorio Avalle Castro Lobera, entre los siglos XVI y XVII. Este mandó construir el pazo-fortaleza y la capilla que fue levantada en advocación a San Gregorio en el año 1601. Bajo el pago de «mil pesos de renta» D. Gregorio consiguió que él y su familia allí fueran enterrados. Desde entonces el barrio recibe el nombre de San Gregorio.
La capilla se localizaba junto al camino fuera de los muros del pazo y aunque pertenecía a la familia también era utilizada por los habitantes de la parroquia. Es de planta rectangular y fue ampliada en el año 1778 por un sucesor de la familia llamado Felipe Antonio de Avalle Ponce de León, tal y como nos cuenta una inscripción en los restos de la iglesia.
Su fachada se corona con una sencilla espadaña y resalta un gran escudo nobiliario con las armas de los Mariño de Lobeira, Sotomayor, Pereira de Castro y lo señores de la casa, los Avalle.
ESTO SI QUE ES HISTORIA VIVA.
coma sempre deixando o patrimonio que morra i se è non rural xa non digamos