Dominando parte del valle del Miño, entre las parroquia de Badim y Sá, se levanta un montículo de 324 metros que guarda los restos de un poblado castrexo de la Edad de Hierro. Adornado con unas vistas espectaculares el lugar es coronado por una capilla del siglo XVII dedicada a la Senohra da Graça, nombre que actualmente también recibe el monte.
En el momento de nuestra visita los restos castrexos prácticamente eran invisibles pues la maleza lo cubría todo. Además el poblado está muy castigado y degradado por la construcción de la iglesia y de una carretera que bordea su cumbre, además de varias pistas sin aparente sentido. El castro podría pertenecer a un conjunto de castros ribereños que dominara el curso del Miño, al igual que en la orilla opuesta gallega. Se le supone una ocupación que iría desde el Bronce Final hasta bien entrada la romanización.
La capilla del siglo XVII tiene una inscripción que se refiere a la financiación en el año 1613 y también repartidos sobres sus muros varios símbolos y cruces en los que destaca uno referente posiblemente a los jesuitas.
ESTA CAPELA / F(EZ) INACIO VEL/HO DARAVIO C / F(IDALGO) DA CASA DE L/ACI E(M) 1613