En el antiguo Concelho de Valadares, desaparecido en 1883, se localizan las parroquias de Badim y Ceivães, que actualmente forman una sola. En esta última encontraremos una pequeña capilla solitaria muy cerca de un posible monumento megalítico. Este se localiza en el punto más alto del lugar desde donde se divisan unas fenomenales vistas del gran valle del Río Mouro.
El posible monumento consta de una gran roca erosionada por la naturaleza que forma un gran hueco en su interior y con una abertura que no parece muy natural. La piedra parece haber sido colocada artificialmente y a propósito en este punto. Sobre ella, a modo sacralizador de lugar pagano se levanta una cruz de piedra. A unos metros tenemos otro elementO cristiano, la capilla de Nossa Senohra da Boa Nova, del siglo XVIII.
A «Boa Nova» es la «buena noticia» para la cristiandad, aunque posteriormente también se adaptó a lugares con presuntas apariciones y mensajes marianos. No sabemos exactamente el porqué del nombre de este lugar pero es probable que oculte y tape antiguos ritos paganos.
La ermita actual es barroca y fue construida en 1761, como así se ve en una inscripción sobre la puerta principal. En 1916 sufrió una reforma, fecha que también está indicada en la ventana principal.
Completa el lugar un palco moderno para la celebración de la romería que se celebra el primer domingo de Mayo y una curiosa fuente con una gran pila redonda. A pocos metros y cruzando la carretera existen los restos de dos molinos de cubo, lo que nos permite pensar que la pila de la fuente fuera una pieza inacabada o defectuosa de estos molinos.
Desde aquí podremos ver la silueta característica de un castro coronada también por una capilla. Es el castro de Nossa Senohra da Graça y se encuentra muy cerquita de aquí.
