De Santiago de Compostela salía un antiguo camino que se dirigía al norte hacia la Comarca de Bergantiños.
Este camino está perfectamente dibujado en el mapa de Domingo Fontán de mediados del siglo XIX. De Santiago salía hacia el barrio de Vista Alegre siguiendo el río Sarela. A continuación llegaba a la parroquia de A Peregrina y cruzaba el Rego de Gatofero por las inmediaciones de la aldea de O Bargo. Una vez cruzado el río continuaba por Grixoa para posteriormente cruzar el río Tambre por Ponte Albar.
En la aldea de O Bargo, que antes nombramos, el camino vadeaba el río Gatofero por un puente de arco. La verdad es que este puente de Gatofero los descubrimos sin querer, ya que la maleza cubría la parte del arco de piedra que quedaba intacta.
A 270 metros río arriba existe catalogado otro puente como Ponte do Bargo, pero al desconocer su existencia en el momento de nuestra visita no lo visitamos. No sabemos su cronología, quizás se trate de una pontella tradicional. En diversos mapas antiguos lo vemos nombrado como Ponte Nova de Ronau. El arco centenario de O Bargo ni siquiera aparece en estos mapas de principios y mediados del siglo XX, siendo por consiguiente el puente viejo.
Muy cerca de este puente existe también un gran molino harinero. Por los materiales utilizados vemos que se usó durante gran parte del siglo XX. Además del molino veremos otras dos pequeñas edificaciones. Este molino aprovechaba la fuerza del agua que formaba el salto de agua o la pequeña fervenza que está a su lado.
Se trata de una cascada de unos cuatro metros que forma el mismo Rego de Gatofero. Cerca del puente de piedra centenario está la presa de hormigón que desviaba el agua por un canal hacia este molino.
En nuestra visita todo el conjunto daba pena debido a la maleza que todo lo cubría e impedían el paso.
La vecina aldea de O Bargo se asienta en las inmediaciones de un castro. Este yacimiento milenario recibe el nombre de Alto da Croa o Castro de O Bargo.
