En Tomiño existe un templo que es referente para el románico del sur de Pontevedra. Su existencia se remonta al siglo XII, donde ya existía un monasterio benedictino femenino. La iglesia de Tomiño es lo único que se conserva del monasterio y mantiene un marcado carácter románico, sobre todo en su fantástica portada. La iglesia de Santa María de Tomiño fue reformada en 1809 con lo que perdió gran parte de su estilo original. Se trata de una iglesia de una sola nave y un ábside rectangular, con muros de sillares de granito. En la parte izquierda presenta un campanario cuadrado y remate octogonal.
Como decíamos, lo más destacado, es su portada abocinada con cuatro pares de columnas de las que arrancan cuatro arquivoltas que rodean el tímpano liso que está sobre la puerta de entrada. En la decoración de esta portada destaca los motivos vegetales con rosetas tetrapétalas inscritas en círculos y otros motivos vegetales. De destacar del románico son también los canecillos bajo los aleros que representan figuras como cabezas de animales, hojas en espiral y cabezas y figuras humanas. En el muro norte está adosado la sacristía del siglo XIX.
El interior de la nave se cubre con una falsa bóveda de madera y el ábside con una bóveda de cañón de mampostería. El arco triunfal y el arco fajón que ciñe la bóveda presentan capiteles historiados, vegetales y animales que se relacionan en la temática con los del transepto y triforio de la Catedral de Tui.