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Iglesia de Santiago de Ermelo

La iglesia de Ermelo, en Bueu, esconde en su interior una inscripción conmemorativa de alto valor histórico, ya que en ella se refleja una de las únicas inscripciones epigráficas que alude expresamente al arzobispo Diego Xelmírez y que cuenta con una completa datación. Existen otras en Santiago de Padrón y en Santa María de Alba. También nos sorprenderá otra inscripción que dice «Iohannes Nunici» y que perteneció a una estirpe medieval de título de Bueu.

Esta pequeña iglesia también nos esconde otro secreto en referencia a la figura de Xelmírez en relación a las preguntas que suscitan su existencia: Una sería las posteriores donaciones durante doce años después de la muerte del obispo por parte de su sobrino al monasterio de Ermelo. Este no se menciona en ninguna de las copias de la Historia Compostelana, que escribió Xelmírez, y eso que figuraban todas las reformas y reconstrucciones que mandó hacer. La tumba del obispo Xelmírez no está en la Catedral como era costumbre. Entonces ¿dónde están su restos?. Hay quién cree posible su enterramiento aquí, en Ermelo, lugar donde pasaría sus últimos días.

Frey Martín Sarmiento nos habla de la existencia de 600 pergaminos correspondientes a este monasterio de los cuales se han localizado tan solo 20 que están depositados en el Archivo Histórico Nacional. Uno de ellos presenta la única cita documentada del juglar Macías o Namorado (aprox. 1340-1370) cuyas obras aparecen en el Cancionero de Baena y que se relaciona con el nombre de Bueu.

La iglesia de Santiago Ermelo es lo que hoy queda de un antiguo monasterio anterior al siglo XI. De esta época prerrománica quedó un fragmento de una inscripción visigótica. El monasterio probablemente quedó destruido en el año 1104 después de un ataque normando y el mismo Xelmírez sería quién lo mandó reconstruir y cambiaría su advocación, pasando de San Benito a Santiago.

En el siglo XV deja su independencia y pasa a depender del monasterio de San Xoán de Poio quién ayuda en su reconstrucción ya en el siglo XVIII, concretamente en el año 1774. En el edificio actual destaca la pila bautismal decorada con una cruz románica en relieve.

En el exterior presenta en su fachada una puerta adintelada por debajo de una ventana cuadrangular y rematada en una espadaña. En el muro este aún podemos apreciar un arco de medio punto ciego que sería uno de los restos de la existencia del antiguo monasterio. Dicen que si acercas el oído a esta puerta aún puedes oír a los monjes recitar sus cánticos. Muy cerca está el Monte da Esculca con una cruz de Santiago de los años 50 del siglo XX.

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