Monte Tetón esconde un fabuloso conjunto de grabados concentrados en dos grandes superficies rocosas, distanciadas una de otra unos 300 metros. Estos representan uno de los símbolos del concello de Tomiño y es uno de los legados prehistóricos más importantes de la comarca, por sus dimensiones y sus características, pero sobre todo por la gran labor acometida en el monte Tetón de puesta en valor de estos grabados rupestres.
Para llegar al Monte Tetón, lo más sencillo es llegar a Gondomar. Desde aquí cogeremos la PO-340 en dirección a Tui. A unos 3 km tomaremos la 351 que nos conduce a Tomiño. Justo a 1 km se encuentra el alto donde se dividen los concellos de Gondomar y Tomiño. Es aquí donde empieza la pista a mano izquierda que nos conducirá hasta el monte. Un panel informativo nos indicará la dirección a seguir hasta el Ecoparque Arqueolóxico.
La pista nos llevará hasta un aparcamiento habilitado y una área recreativa compuesta de mesas, papeleras, fuentes, servicios e incluso una caseta con información sobre la ruta a seguir. La señalización es muy buena y la información exquisita. Así pues no nos costará nada seguir la ruta propuesta. La ruta discurre por el Miradoiro das Cachadas, para después recorrer los dos grandes conjuntos rupestres de este mítico monte, los petroglifos de Portaxes y Real Seco.
Después de ver estos impresionantes petroglifos podemos seguir la ruta hasta el alto del Monte Tetón, donde se encuentra el vértice geodésico (474 m) y un mirador desde donde se divisa gran parte del Val Miñor y del Baixo Miño. El alto es frontera entre los concellos de Tui y Tomiño.
La ruta es de casi 5 km en un circuito cirular. El ascenso al Monte Tetón es la fase más dura, pero sus enormes panorámicas nos recompensarán el esfuerzo.
La vegetación del lugar está representadaen su mayoría por el eucalipto, con el que conviven como pueden especies autóctonas como el carballo (querqus robur), el salgueiro (salix alba), castiñeiros (castanea sativa), sobreiras (querques suber), freixos (prascinus excelsior) y el casi siempre presente piñeiro (pinus pinaster). La zona ha sido significativamente repoblada con especies autóctonas que esperemos que dentro de unos años haga el lugar aún más armonioso.
En definitiva, un ejemplo a seguir para muchos otros conjuntos arqueológicos de Galicia que contienen espectaculares restos históricos y que se encuentran en el olvido y en la ignorancia.