Entre el embalse de Santa Uxía y la Fervenza do Ézaro se encuentran las ruinas de los que fue la antigua central hidroeléctrica del Ézaro. En este lugar el río Xallas se adentra en un estrecho valle antes de precipitarse al mar en forma de cascada.
El edificio fue abandonado y hoy en día se encuentra en el más absoluto de los olvidos. Se pensó crear en él un centro de interpretación, pero su estado actual de deterioro evitará posiblemente tales planes. Trescientos metros río abajo aún se conservan los restos del primer azud y que aún hoy sirven para canalizar las aguas del río a través de túneles en la montaña que las conducen hasta los tubos de las centrales de Ézaro.
Muy cerca de las ruinas del edificio existe un gran túnel excavado en roca de 1256 metros de longitud por donde discurren dos tuberías de acero de 250 m y 2,4 m de diámetro y que salen del embalse de Santa Uxía y que también llegan a la central del Ézaro.