En Ares tenemos un punto que desde siempre fue referencia y zona privilegiada para la vigilancia del Golfo Ártabro y de la entrada de la Ría de Ferrol.
Se trata de Punta Coitelada, que junto a Punta Segaño forman un bastión defensivo de una de las rías con más interés militar en la historia de Galicia. Ambas pertenecen a la parroquia de Cervás.
Entre estas dos puntas se abre una pequeña ensenada denominada Enseada de Chanteiro. En ellas se construyeron diversas instalaciones militares a lo largo de la historia moderna y contemporánea.
En un cerro de Punta Coitelada tenemos las instalaciones y edificaciones de la Batería de Sudova, cuyo origen se remonta a inicios del siglo XX. Concretamente en el año 1905 acabaron las obras. La Batería de Salgueira en Punta Segaño también se finalizó ese mismo año.
Esta batería de Sudova contaba con seis cañones Munáiz-Argüelles de acero de tiro rápido y 15 cm de calibre. Alcanzaban una distancia de casi 14 km. Dos de estas piezas acabaron instalándose durante la Guerra Civil en la batería de Monteferro.
Durante nuestra visita no pudimos ver casi nada debido a la maleza que cubría todo. Tan solo se apreciaban los alojamientos de tropa y oficiales de la batería.
Abajo, en la misma Punta Coitelada podremos ver el edificio de los proyectores que contaba con un Siemens-Schuckert de 1,50 m de diámetro.
Para saber mucho más sobre el artillado de Sudova y de la Costa Ártabra os dejamos este enlace.
A pesar del abandono del cuartel militar, debemos saber que la Batería de Sudova está bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
No debemos perdernos las fabulosas vistas del Golfo Ártabro y las maravillosas puestas de sol que nos ofrece Punta Coitelada, cuya costa está dentro del LIC Golfo Ártabro.
