La parroquia de Santo Estevo de Pardollán se encuentra en una de las partes más orientales de Galicia (Rubiá, Comarca de Valdeorras) tan solo separado por el valle del río Sil de la provincia de León. Su agreste geografía debido a su clima, sus altas montañas y empinadas laderas que se encuentran dentro del Parque Natural Enciña da Lastra, ha provocado que tan solo existan dos entidades de población, Vilardesilva y Pardollán.
Estas pequeñas aldeas tenían como templo parroquial la iglesia de origen románico de Santo Estevo de Pardollán, situada a unos 150 metros arriba en línea recta del núcleo de Pardollán. Su acceso es difícil, ya que no existe carretera ni pista que llegue hasta esta iglesia perdida en el medio de la montaña.
Para llegar hasta allí los vecinos debían ascender por un tortuoso y empinado sendero que salva los cincuenta metros de desnivel en prácticamente 200 metros de recorrido.
Ya fuera en invierno con frío, hielo o nieve o en verano con un calor abrasador nos podemos imaginar lo duro que podía ser acceder al templo y ascender el camino, no solo para ir a misa sino también a ceremonias como los entierros, ya que además el antiguo cementerio se encuentra en el atrio de la iglesia de Santo Estevo de Pardollán. No es raro ni difícil pensar el porqué del abandono de esta iglesia.
La iglesia fue abandonada en la segunda mitad del siglo XX y sobre el núcleo de Pardollán se edificó una nueva en mitad de la villa a finales de la década de los 90, así como el cementerio que fue construido en la carretera que baja al valle.
Sin embargo es lógico saber porqué se edificó aquí esta iglesia ya que su origen se pierde en los siglos y anteriormente las comunicaciones no eran impedimento para la construcción de estos templos. En un lugar mágico y místico se construyó en el siglo XII el templo del que parte nos has llegado hasta la actualidad y por ello mantiene un gran acento románico en sus piedras. Es probable que formara parte de un monasterio del que no sabemos nada de él ni parecen quedar restos. Debemos saber que junto con el monasterio de Xagoaza son los únicos ejemplos de románico conservados en la comarca de Valdeorras. Por lo tanto estamos ante los restos de una iglesia del románico tardío, probablemente de los siglos XII o XIII.
Lo que vemos hoy son los restos de una iglesia de planta basilical de una sola nave con ábside cuadrangular. Añadido posteriormente y adosado al templo principal se encuentra la sacristía a la que se accede por una pequeña puerta desde el prebisterio. La iglesia tiene dos entradas con arcos de medio punto, la principal y otra en el muro sur.
La principal es sencilla pero destacan la piedra roja de Pardellán en sus dovelas. Debemos saber que esta parte de Enciña da Lastra y sobre todo la ladera de Pardollán destaca por los suelos ferruginosos que dan el color rojizo a estas piedras, no muy lejos aún encontraremos los restos de la denominada mina de pintura. La puerta sur aún conserva dos canecillos con figuras de bovinos. Otros canecillos aún pueden ser visto en los restos de la cornisa del templo. En el siglo XVIII la iglesia sufrió reformas y se le añadió más altura y la gran espadaña de doble hueco en su fachada tan características de esta comarca.
En el interior aún podremos ver una pila bautismal y el arco triunfal apuntado característico del románico tardío. En el prebisterio aún se mal conserva parte del retablo barroco que adornaba el altar.
En el exterior y sobre el atrio de la iglesia de Pardollán aún se puede ver las magníficas cruces conmemorativas de hierro del antiguo cementerio parroquial. El conjunto se cubría con losas de pizarra sostenidas por vigas de madera.
Pero eso no es todo lo que nos depara este lugar. Unos metros más arriba del templo, «Tras la iglesia», se conservan los restos de un gran molino que destaca por su enorme depósito de agua adyacente al mismo. Se trata de una gran balsa circular que aprovechó la roca para su construcción y que almacenaba las aguas del arroyo que nace en una mina situada unos metros más arriba para después utilizarla como energía para mover el rodicio. El molino, que era de dos plantas, lleva tiempo abandonado, por lo menos 70 años. Para saber todo sobre este molino os dejamos este enlace recogido por la Asociación Santo Estevo (Pardollán), asociación que se dedica a difundir y defender el patrimonio artístico, cultural y natural de la parroquia.
Entre el pueblo y la iglesia existían más molinos de los que no se conservan más que restos de canales, presas. Otro de ellos, lo que queda, se puede aún ver en el mismo pueblo.
En la actualidad la iglesia románica de Santo Estevo de Pardollán se encuentra en ruinas y en el más absoluto abandono por parte de las autoridades pertinentes, no así por los vecinos y organizaciones como O Sorriso de Daniel que ya han actuado en alguna ocasión sobre esta joya románica e histórica.
Muy cerquita tenemos los miradores de A Cruz y Vilardesilva.
TODO MUY BONITO MAS AUN PARA QUIEN NO LO CONOCE,GALICIA ESCONDE MUCHO MAS.