Muy cerquita de la increíble Pena do Equilibrio y al borde de la misma carretera que sube al hacia el alto del monte Picaraña encontraremos dos sorprendentes penedos más. Se trata del Penedo do Monxe y el Penedo da Caixa, ambos separados por tan solo cincuenta metros. El primero de ellos es una gran roca que se encuentra partida en dos por acción natural y una de ellas asemeja a una figura de un monje con su hábito.
El Penedo da Caixa es un conjunto de rocas en las que una de ellas de mayor tamaño se apoya sobre otras formando refugios excepcionales. Esta presenta muestras de actividad humana y varias de sus rocas están cortadas a propósito para ampliar la cavidad. Ambas piedras figuran en el trazado de la Ruta dos Penedos do Picaraña que pasa junto a unos treinta penedos singulares.
En el momento de nuestra visita también había muestras de la estupidez humana en forma de una de las lacras más lamentables del patrimonio natural e histórico de Galicia, las dichosas pintadas, sinónimo de incultura cuando se realizan en lugares inapropiados.