El culto a las piedras, junto con el culto al agua, pudieron ser uno de los gérmenes en la antigüedad de emplazamiento de znas sagradas y eso parece ser lo que pasa en el conjunto arqueológico de Armea.
Por aquí pasaba una desviación de la Via XVIII del itinerario de Antonino que desde Allariz se dirigía a Ourense. Posteriormente este camino fue empleado también por los peregrinos que recorrían la Via de la Plata.
Recordemos que a los «mouros» (seres mitológicos de la sabiduría popular gallega) se le atribuían ser los constructores de todo aquello que el lugareño desconocía y de lo que no tenía explicación. La formación de estas curiosas grandes bolas superpuestas era un misterio achacados a los «mouros».
Hoy sabemos que las piedras graníticas adoptaron tales formas hace millones de años después de emerger en forma de burbujas de lava que se enfriaron al llegar a la superficie. Este curioso «penedo» se localiza muy cerca de la cripta y del Castro de Armea, lugares de la leyenda de Santa Mariña de Augas Santas.