El gran valle del Miño es sobradamente conocido por las surgencias termales y minerales que en muchos puntos de su recorrido emanan a la superficie. Uno de estos puntos termales esta en Cortegada y durante muchos años llevó a la fama a este municipio que llegó a ser denominado Cortegada de Baños.
La tradición minero-medicinal de estas aguas viene de muy atrás, mucho antes incluso del auge de finales del siglo XIX y principios del XX. Se habla de que en el siglo XV ya estaban documentadas estos manantiales.
Historia
Sin embargo la fama era local y en su mayor parte era aprovechada por los vecinos de las comarcas limítrofes. De estas aguas ya tenemos noticias en el año 1775 cuando ya se conocían dos manantiales llamados Baño do Campo o de Abaixo y Baño da Pedra o de Arriba.
También sabemos que ya en el año 1816 Cortegada contaba con una casa de baños reconocida por Fernando VII que incluso contaba con director médico, convirtiéndose así en una de las primeras poblaciones en disponer de dichas instalaciones.
Estos primeros manantiales no eran más que pequeños pilones a la orilla del río que habitualmente eran tapados por las crecidas del Miño. En 1847 se mejoraron las instalaciones y se dotó al lugar con casetas de madera que en invierno eran desmontadas ya que la temporada oficial era de Julio a finales de Septiembre o mediados de Octubre y tenían una afluencia aproximada de 1000 a 1200 personas por temporada.
Pero no fue hasta finales del XIX, en pleno auge de las aguas minerales, cuando se comenzó a preparar las casas de aguas y algunas instalaciones más para albergar a los bañistas que ya comenzaban a llegar desde los más variados puntos. En las primeras décadas del siglo XX fue construido un edificio-balneario que pronto destruyó una crecida del río.
El balneario de 1937
El auge del termalismo comenzó a decaer debido primero a la dictadura de Primo de Rivera y posteriormente por la guerra civil y la propia dictadura franquista. Sin embargo se construyó un edificio modernista nuevo que se acabó en 1937 y que es el que actualmente vemos sobre la orilla del Miño.
Llama la atención la balconada que se asoma al río y que queda en épocas prácticamente a nivel del agua. Debemos pensar que el balneario se situaba anteriormente unos cuantos metros por encima del río y que la construcción del embalse de Frieia en los años 60 llevó el nivel a su balconada. Varias surgencias, instalaciones y antiguos pilones termales quedaron inundados para siempre. Aún así se recuperaron una parte de las aguas mediante dos perforaciones.
Propiedades de las aguas
Las aguas son de mineralización débil, bicarbonatadas sódicas, fluoruradas, litínicas, sulfuradas y termales. Sobre su temperatura deberemos llevar un termómetro y comprobarlo nosotros mismos pues buscando información hemos visto cantidades que van desde los 25,5º, pasando por los 38º para llegar incluso hasta los 44º. Nosotros nos quedamos con la primera cifra ya que es la más cercana a las publicaciones especializadas. Son indicadas para el tratamiento de enfermedades del aparato digestivo y afecciones dermatológicas.
En el año 2015 fue abierto al público un moderno balneario situado por encima del antiguo y cerca del mirador de O Coto da Pena, en donde también existe una casa de baños abandonada.
maravilla coma sempre!
¿Las nuevas instalaciones tienen baños termales?
¿Es sólo balneario o también hotel?
Sitio espectacular y trato exquisito…un lugar mágico y unos buñuelos de bacalao exquisitos