En Entrimo se encuentra una de las joyas arquitectónicas barrocas de Galicia. La iglesia de Santa María A Real constituye la máxima expresión del arte barroco en nuestra región. Su denominación de «Real» se debe a la circunstancia de haberse levantado sobre un solar perteneciente a la corona.
La obra se termina en la primera mitad del siglo XVIII y es el mejor ejemplar de estilo churrigueresco en Galicia ya que se asemeja más a las vecinas construcciones del cercano país de Portugal que a las propias de Galicia, lo que nos indicaría presencia de canteros lusitanos en la obra.
La iglesia tiene tres naves separadas por pilastras y un crucero muy elevado que en su intersección con la nave central se cubre con una cúpula de media naranja que se remata en el exterior con un tambor octogonal rematado con linterna. El resto de la iglesia se cubre con bóvedas de crucería de tradición gótica.
Pero lo más destacado de este templo es la original fachada occidental. Concebida como un monumental retablo en piedra se divide en tres cuerpos con diferentes motivos en cada uno de ellos.
Destacan las columnas salomónicas que dan al conjunto un movimiento de ascensión y verticalidad. Toda la fachada es una exaltación a la Realeza de María. Los tres cuerpos se rematan con un frontón partido con figuras de ángeles músicos en sus vértices. La torre de la iglesia de Santa María la Real es también barroca pero su estilo difiere de la fachada principal, lo que nos indicaría un anexo ligeramente posterior de un arquitecto diferente. También son de destacar las dos portadas de los laterales.
Se sabe que se terminó la construcción de la iglesia en 1739, siendo abad Don Agustín Levoso. Aunque no era un monasterio adquirió el rango de abadía. Estamos pues ante un edificio que se empezó a construir en el siglo XVII y se remató en el XVIII.