Galería de entrada a la mina de cielo abierto de Baldrei

Minas de Baldrei en Maceda

La «baba de lobo», el mineral de la sangre, de la muerte… el wolframio o volframio (W), también conocido como tungsteno e incluso volfram. Cualquiera diría que este metal gris ha servido para llevarse por delante la vida de miles, más bien de millones, de personas en el siglo pasado.

Antes de empezar, una curiosidad del wolframio que quizás no sabías. En las tablas periódicas en inglés veréis nombrado este mineral con símbolo atómico 74 como «tungsten» , en castellano «tungsteno». De echo, la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) recomienda el uso de este nombre desde 2005. Sin embargo, la IUPAC de este país y diversos organismos de lengua española no la reconocen y optan por el wolframio y el volframio.

Boca minas de Baldrei

La palabra wolframio proviene de la unión de dos palabras alemanas: wolf y rahm que significa «poco valor o también baba de lobo». Galicia fue una de las primeras potencias en extracción de este mineral a mediados del siglo pasado y por ello la demanda creció exponencialmente en las dos guerras mundiales, sobre todo en la segunda. 

El wolframio para fines militares se usó mucho para blindar la cabeza de los misiles e incluso tanques. Su dureza fue empleada en el armamento de la Alemania nazi. Cuando los aliados, sorprendidos por la resistencia de ese armamento, pronto descubrieron el porqué. Por ello se pusieron manos a la obra en la búsqueda del wolframio.

El hecho de que España se declarara «neutral» en la segunda guerra mundial sumado a la amistad entre los dictadores, propició que la Alemania nazi fuera el principal importador de este mineral. Como dijimos, pronto se unieron los aliados y también llegaron a Galicia para la compra del wolframio.

Esto propició un gran aumento del precio, ya que la puja al alza entre ellos no era problema. A más dinero más riqueza para las comarcas y sobre todo para los grandes empresarios, muchas veces extranjeros e incluso sociedades con capital alemán . Además, el contrabando del mineral hacia la frontera portuguesa favoreció las economías locales y familiares. Un poco de este mineral también sirvió para iluminar algunas casas de la aldea de Baldrei, pues fue una de las villas de la comarca en contar con luz eléctrica.

En el concello de Maceda y en la parroquia de Asadur (Santa Mariña) encontraremos los restos de las Minas de Baldrei, explotadas en el siglo pasado en busca del preciado wolframio. Se localizan en una ladera del Alto do Rodicio.

Lo curioso es que en la página de la Cámara Oficial Mineira de Galicia, la cual contiene una gran información sobre este tipo de patrimonio, nos indica que las minas de Baldrei de Maceda serían de estaño y no hace ninguna referencia al wolframio. Dicha página nos habla de la existencia de restos mineros de los siglos I y II y que la actual mina se explotó por dos empresas diferentes entre los años 1932-1965.

Por el contrario, el cartel de información de las minas, tan solo nombra el wolframio, lo mismo que diversas páginas que hacen referencias a estas minas e incluso el concello de Maceda. La información del concello nos habla que la mina de wolframio de Baldrei fue explotada en los años 30 y que se trata de un yacimiento de minerales tipo filoniano con presencia de calcopirita, esfarelita, y pirita junto con arsenopirita en filones de cuarzo.

Pensamos que es probable que en las minas de Baldrei se podrían haber extraído los dos minerales ya que estos suelen encontrarse asociados. Además los procesos y métodos de explotación son muy semejantes. Esperemos a que alguien nos confirme concretamente la realidad de este yacimiento mineral de Baldrei.

Se llega a las minas por una pista de tierra que asciende hasta las bocas de extracción visibles. A unos 50 metros debemos fijarnos bien a mano derecha y veremos ya dos minas excavadas, aunque en la actualidad se encuentran taponadas. Un poquito más y veremos la entrada en forma de túnel de la zona de extracción principal. Una galería de granito de unos 20 metros nos permite acceder a la gran explotación a cielo abierto.

Tenemos constancia de otra galería cuyo acceso se haría unos metros más arriba del camino. Se puede observar una zanja en medio del monte que daba acceso a una galería que supuestamente comunicaba con la principal que antes hemos visto. Ladera abajo y siguiendo las vetas de cuarzo, podremos ver más puntos de extracción del mineral.

Debemos tener cuidado de no separarnos del camino, pues puede haber precipicios artificiales en donde nos podemos llevar algún susto. Como siempre, mucha precaución y atención a estos lugares mineros abandonados.

Bibliografía

Más fotos

Mapa – Localización

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