La Ría de Vigo está formada por la cuenca hidrográfica de dos grandes ríos: el Verdugo y el Oitavén. El Oitavén cede sus aguas al Verdugo a falta de 3 km de verter las aguas al mar, en Ponte Sampaio. Estos dos ríos presentan valles muy estrechos y llenos de vegetación que hacían muy difícil su paso en la antigüedad.
Quinientos metros más abajo de la unión de estos ríos y de la central hidroeléctrica do Inferno se construyó hace 2000 años un gran puente para saltar el valle en su camino hacia las tierras del norte, el llamado puente de Comboa. Es probable que los romanos crearan este puente que fue modificado en varias ocasiones posteriormente. El puente lo forman tres arcos, de los cuales dos mantienen su arco de medio punto y uno de ellos, el de más luz, se encuentra ligeramente apuntado, propio de las características del medievo, del siglo XIV o XV.
Cien metros agua abajo del puente se localiza una playa fluvial que dispone de todo lo necesario para pasar un agradable día junto al agua y rodeado de exuberante naturaleza. Río arriba, muy cerca de la unión de los ríos Verdugo y Oitavén tenemos el puente colgante.
