Junto al montículo donde se asienta el Castro de Altamira, en Taboexa, por encima de la iglesia parroquial, se encuentra una capilla barroca dedicada a San Bartolomé. Fue construida en la tercera década del siglo XVIII, como así parece demostrar un sillar en el que se puede leer los primeros números del año: «172 ?». Se trata de una ermita de planta rectangular, de buena sillería, en la que destaca su fachada barroca. En ella podemos ver su sencilla puerta adintelada debajo de un frontón curvo que guarda una hornacina con concha de vieira en donde se supone que estaría el santo que hoy no se puede ver. Por encima de ella hay una ventana y arriba una vieira corona el conjunto.
Una espadaña con un campanario acabado con pináculos se sitúa en la parte más alta. Flanquean la puerta principal dos figuras labradas que representan espigas que piden por una buena cosecha. En la fachada se pueden ver hasta tres vieiras que representan la fecundidad. Debemos saber que la vieira, no solo representa la peregrinación a Santiago, sino que se trata de un símbolo mucho más antiguo y que antes del Camino nunca se utilizaba en representaciones de culto cristiano. Se utilizaba en ritos prehistóricos en ofrendas mortuorias y un poco más tarde las iglesias coptas las utilizaban en los sarcófagos de los primeros cristianos. Se dice que también era un símbolo para combatir el mal de ojo, la mala suerte y las enfermedades. En este caso seguramente fuera utilizada junto a las espigas para representar y pedir por buenas cosechas, en una comarca donde el vino y el maíz marcaron el desarrollo económico del siglo XVIII.
Se dice que la ermita podría estar encima de un monumento mucho más antiguo, de un dolmen o quizás de un santuario relacionado con el mismo Castro de Altamira. No debemos olvidar que en el castro fueron encontradas muchas piezas de bronce relacionadas con divinidades romanas. Sabemos de la costumbre cristiana de apagar ritos paganos con la consagración de ermitas y cruces por lo que aquellos ritos adquirirían un carácter cristiano a posteriori.
Aquí, junto a la ermita de San Bartolomé, se celebra una romería cada 24 de agosto cuyo origen se pierde en los tiempos, es la romería del Miedo, en donde los devotos que por alguna razón tenían miedo, tocaban la cabeza del santo. En las cercanías existe una fuente ferruginosa que según la leyenda adquiriría este característico sabor porque sus aguas emanarían junto a un gran enterramiento de armas después de una gran batalla que algunos relacionan con la batalla del Monte Medulio. El monte que se levanta por detrás de estas pequeñas lomas, San Nomedio, se dice que pudo ser el escenario de la nombrada batalla y de ahí el origen también de la romería del Miedo, del topónimo de la parroquia vecina de «Meder» o de las parroquias norteñas de «Batalláns».
Hasta la capilla llegaba un vía crucis que desde la iglesia de Tabeoxa ascendía hasta el alto. Aún podremos ver alguno entero y los restos de otros. Junto a la capilla de San Bartolomé y a los pies del castro tenemos una cruz que parece más reciente y que probablemente formara parte de un calvario en donde remataría el vía crucis.
Además de esto podremos disfrutar de interesantes vistas de Taboexa y del concello de Salvaterra de Miño. También nos llamará la atención un muro cercano que rodea una finca el cual podremos ver posibles restos de las estructuras castrexas reutilizados. Se dice que en las cercanías existió un monasterio denominado Mosteiro de Freiras, del cual no sabemos su ubicación. También muy cerca existe un conjunto de cinco molinos en el lugar de O Mouro y varios conjuntos de petroglifos y lagares rupestres.
En el año 2017 los incendios que asolaron el concello de As Neves se llevaron por delante toda la vegetación de San Nomedio y de todo el Castro de Altamira.