A los pies del río Miño y a escasa distancia del centro histórico de Ribadavia y muy cerca también del embalse de Castrelo de Miño se erige la Iglesia barroca de Sampaio. Los valles de la cuenca del Miño fueron en siglos pasados una gran zona de agricultura vinícola desde donde se comerciaba con el vino por toda la región, sobre todo con las grandes urbes como Santiago o Pontevedra. Antiguamente se conocía esta zona como Veiga de San Paio y se sabe que pertenecía al Monasterio de Oseira y aún existe un escudo en el dintel de la iglesia.
Aún hoy la zona está llena de terrazas para el cultivo de la preciada vid donde se cosechan las variedades que dan vida al Ribeiro. Gracias a las riquezas que proporcionaba el comercio de vino, estas zonas rurales tuvieron un importante desarrollo económico. Es el caso de esta iglesia, cuyo origen barroco se le debe en gran parte a este comercio. En muchos lugares donde existían iglesias románicas fueron sustituidas y reformadas en los siglos XVII y XVIII por otras de estilo barroco. Junto a ellas se erigían las grandes casas rectorales y otro tipo de estructuras, como palomares, hórreos y grandes atrios para acoger las romerías y otros actos religiosos y populares.
Sobre el pasado románico sabemos muy poco. Tan solo unos pocos detalles arquitéctonicos denotan su pasado casi milenario. La iglesia actual se reedificó en el siglo XVIII. Fue obra del vecino Pedro Lois, conocido como «Maetro de Cantería».
La necesidad de ampliar las bodegas y las tierras de cultivo ante la demanda de vino se hizo obligado la construcción de una granja y una gran casa rectoral que hoy se encuentra rehabilitada y forma junto al templo un magnífico ejemplo de arquitectura barroca. Junto a la iglesia existe un cruceiro y un lavadero que también son del siglo XVIII.
Desde la iglesia hay unas maravillosas vistas del pantano que forma el embalse de Castrelo de Miño. No debemos irnos sin recorrer las callejuelas históricas del barrio de San Paio.
A sólo 1 km se encuentra la iglesia de origen románico de Santa María de Castrelo. Entre esta y la de San Paio se levanta el Monte de Santa Marta y el Coto do Castro, elevaciones de poco más de 270 metros. En este último existen los restos de un antiguo emplazamiento castrexo, lugar estratégico, pues se dominaban la confluencia de los valles de los ríos Miño y Avia. El embalse de Castrelo, aquí situado, inundó el valle del Miño, convirtiéndolo en un gran pantano.