La presa del embalse de Castrelo retiene las aguas del río Miño en el valle que separa los concellos de Ribadavia y Castrelo de Miño. El sitio elegido para la construcción de la presa fue en el lugar donde el río se encajaba entre montañas después de recorrer un extenso y ancho valle con grandes y extensas terrazas fluviales. Estas terrazas eran verdaderos tesoros para los agricultores de O Ribeiro que sobre ellas cultivaban sus mejores cosechas.
Sin embargo la construcción de la central eléctrica en 1969 anegó estas extensas zonas de cultivo. Pero esto es sólo parte de los daños que causó ya que también truncó el ritmo natural de las especies piscícolas. Estas ya nunca podrían ascender el río Miño en busca de lugares de cría. Ni los peces podrán subir el río, ni los agricultores y sus descendientes podrán generar riqueza con estas tierras tan fértiles. No sabemos si el daño provocado por la inundación es proporcional a la riqueza generada por las turbinas de la central de Castrelo durante todos estos años.
Para echar más leña al fuego se construyó un año después el embalse hidroeléctrico de Frieira, situado a unos 10 km aguas abajo. Este aprovechaba la aportación de agua del Río Avia en su confluencia con el Miño.
Una de las pocas cosas positivas que propició este embalse es que sobre sus aguas se pueden practicar deportes existiendo incluso un club naútico.
Esta presa puede llegar a contener casi 60 hm3 y la gran extensión de sus aguas (790 ha) abarca los concellos de Cenlle, Beade, Ribadavia, Castrelo de Miño y Toén.
