La iglesia de Santa María da Atalaia se localiza en el casco urbano de Laxe, prácticamente a nivel del mar, solo separado del mar por un gran muro de piedra para nivelar la superficie del atrio y separado de él por la actual carretera e instalaciones portuarias anexas.
Su origen románico se remonta al siglo XIII pero fue ampliada en el siglo XV por deseo de la madre de Doña Urraca de Moscoso, añadiendo la nave y dándole el aspecto gótico marinero actual, también denominado «gótico gallego». Su función además de ser religiosa era de defensa y vigilancia (atalaya) ya que sus gruesos muros y contrafuertes daban protección en caso de ataques por mar. Además de los propios muros de la iglesia fue reforzada con recios muros sobre la superficie rocosa donde el mar batía directamente antaño. En el siglo XVI se añade la torre-campanario anexa lo que aumentó aún más la capacidad defensiva de este templo fortaleza. A finales del XVI o principios del XVII la atalaya fue modificada añadiendo un muro con troneras con diversas piezas de artillería.
La fachada principal es sobria y solo presenta una puerta apuntada con molduras y sobre ella un rosetón con seis arquivoltas que permiten la entrada de un poco de luz. Tres modillones salientes sirven para sujetar el coro en el interior añadido en el siglo XVIII. Corona la fachada una sencilla cruz de piedra. En el atrio veremos diversas losas sepulcrales ya que parte del atrio sirvió como necrópolis anteriormente.
En el muro sur existe otra puerta de acceso de arco también apuntado sobre la que hay una imagen de piedra de finales del siglo XV de la Virgen María sobre una ménsula decorada con dos ángeles. La imagen se cubre con un doselete voladizo con cuatro pequeños arcos. En el mismo muro se encuentra adosada la torre con una escalera de acceso de 23 peldaños en cuyo muro están adosadas tres antiguas figuras de piedra. Una Virgen con Niño, un fraile franciscano y un ángel con túnica. Se dice que las figuras podrían proceder de distintos lugares por carecer de relación entre ellas y estar reutilizadas en el momento de construir la torre, aunque su cronología parece más antigua que la construcción de esta en el XVI. De las cinco campanas originales se conservan dos en el campanario pues tres de ellas fueron fundidas para fabricar los cañones en el año 1868. La sacristía actual es barroca y se construyó en el ábside entre los año 1779 y 1783. Un relieve de la resurrección se encuentra el muro norte por encima de una puerta adintelada.
Especial interés tiene el interior, aunque en el momento de nuestra visita no nos fue posible conocerlo. En él destaca la bóveda de crucería, diversas imágenes y sobre todo el retablo pétreo de la Resurrección, el cual quedó al descubierto por la caída de un rayo y que quemó el retablo barroco que lo mantenía oculto.
Muy cerquita podremos ver el edificio gótico de la Casa do Arco.
fermosa!!!