Otra de las maravillas arquitectónicas de A Ribeira Sacra que como muchos de los templos próximos aprovechó el espectacular valle del Miño para refugiarse y crear un monasterio cuyos inicios de pierden en tiempos prerrománicos. El templo ocupa hoy un lugar recóndito, escondido en una ladera espectacular del río con grandes vistas y rodeado de un hermoso bosque, muy próximo a la hermosa aldea de Chouzán. Sin embargo este no era su emplazamiento original ya que su situación primitiva era más abajo en el valle, más próximo al río. En 1950 se construye el embalse de de Os Peares, lo que obligó a este Conjunto histórico-artístico a ser trasladado ladera arriba en 1953, para no ser por siempre inundado. Sin embargo se cuenta que esta reconstrucción no se llevó a cabo con mucho rigor y hoy se sabe que su original planta era cruciforme y no rectangular como se presenta hoy.
Sabemos de una ocupación por parte de monjas benedictinas presididas por la abadesa Marina en el siglo XII y poco a poco fue favorecido por las donaciones reales y nobiliares que permitieron la construcción de la actual iglesia, iniciada a principios del sigo XII y finalizada en el XIV, siendo abadesa Teresa Arias de Páramo. A partir del siglo XV la codicia de los nobles gallegos y la escasos medios de defensa hizo que los reyes católicos reformaran las pequeñas órdenes femeninas concentrándolas en San Paio de Alteares.
La iglesia conserva el ábside semicircular románico del siglo XII. Este se cubre con bóveda de cañón en su tramo recto y con una de horno en el tramo circular. Se accede al ábside por medio de un arco triunfal de medio punto doblado y ligeramente peraltado con moldura ajedrezada. Exteriormente tiene columnas adosadas que dividen en tramos y unos graciosos canecillos sostienen el alero. El resto es de estilo gótico, cuando era abadesa Teresa Arias cuya construcción en pizarra contrasta con la buena sillería del ábside. La fachada se reconstruyó en el siglo XVIII en estilo barroco con una puerta adintelada, una hornacina con Sto Estevo sobre ella y una espadaña con doble campanario que corona la fachada. En el interior destacan los restos de las pinturas en el ábside del siglo XVI que de no ser por los estudios y fotografías anteriores al traslado hicieron posible un estudio de estas obras atribuidas al Maestro de Chouzán. El citado traslado provocó un deterioro tal que las hacen ilegibles. Románicos también conserva la pila bautismal e o prebisterio.
Se dice que en esta zona del río pasaba una importante vía de comunicación ya que aquí se tiene constancia en épocas medievales de los conocidos como Pasos de Chouzán, por donde se cruzaba el Miño. En frente se localiza Marce, en donde existió un castillo cuya torre de homenaje era tan alta que se dice que su sombra tapaba esta iglesia, que se localiza en la orilla opuesta.
Para llegar hasta Chouzán es necesario recorrer una mala y muy estrecha carretera que en invierno se muestra casi impracticable. Después desde Chouzán habrá que coger un sendero durante 350 metros. También se puede llegar por el camino medieval que va desde la carretera asfaltada de arriba. Muy cerca, río abajo, tenemos otro bello ejemplo de románico también trasladado en forma de la Iglesia de San Xoán da Cova.
Fue declarada Monumento Histórico Artístico en la década de los cincuenta para poder ser trasladada.
En este gran estudio sobre Traslado y Reconstrucción de Portomarín, de Ana Belén Moure Domínguez podremos ver los alzados y las plantas, así como fotografías de antes y después del traslado, tanto de esta iglesia como de la cercana iglesia de San Xoán da Cova: