La ría de Vigo fue en épocas romanas una costa plagada de villas, ya que se ubicaba una villa cada dos kilómetros. Muchas de ellas eran residenciales y otras formaban partes de pequeñas industrias familiares de salazón y de pesca. A lado izquierdo del arenal de O Vao, en Vigo y en frente de la Illa de Toralla, se encuentra uno de esos yacimientos romanos recientemente acondicionado.
Su ubicación era perfecta, ya que se emplazaba junto a la costa, entre dos arenales y en la desembocadura de un pequeño río de agua dulce. Se trata de una villa, propias de las zonas rurales del imperio romano. Se haya emplazada dentro de lo que era la finca privada de la familia Mirambel, cuyos propietarios descubrieron el yacimiento y posteriormente fue donada al concello de Vigo.
El conjunto consta de la villa donde vivían los propietarios, la familia y los sirvientes, además de las construcciones dedicadas a la explotación marina, en este caso de unas salinas, lo que demuestra la relación de la villa con el mar. Además toda la vajilla encontrada procede de las costas de Tunicia, lo que refleja aún más esa relación comercial marítima. Se trata de una villa tardoromana, pues es posible que su datación nos lleve a los siglos IV o V d.c.
La villa hace referencia a la importancia del primitivo Vigo en relación con el comercio atlántico y mediterraneo y nos da una idea de lo que pudo ser la ciudad en un pasado. De destacar son sus termas, ya que noble romano que se preste las tenía. Cuenta con la sala de agua fría y caliente.
En la isla de Toralla, que se encuentra unida por un puente en la actualidad, se encontraron restos de un castro y de una necrópolis. Esta última se supone de la época de la villa, ya que sería el lugar de enterramientos del lugar.