Cuando queramos saber como eran las villas marineras de Galicia durante los siglos XVIII y XIX no hay nada mejor que acercarse hasta la población de Combarro. Esta villa ha conservado parte de su encanto secular como villa rural y marinera a través de los siglos. La mayoría de las casas se localizan en primera línea de costa y casi todas se asientan en el suelo rocoso adaptándose en su forma. Esto ha provocado una irregularidad urbanística que hace única a Combarro.
Las estrechas callejuelas de Combaros que bajan hacia el mar están adornadas con hermosas y tradicionales pórticos, soportales y balcones de piedra. Sus pequeñas viviendas se esconden en las callejuelas junto a otras más grandes que imitan a los pazos rurales y se abren en plazas que evocan un pasado y un presente marinero. Los hórreos representan uno de los símbolos de la villa, ya que no solo se vivía del mar sino que de la tierra se producía el alimento necesario para completar las necesidades que el mar no cubría y para ello debían almacenarlos para poder así pasar los duros inviernos atlánticos.
Combarro es un aunténtico museo de arte tradicional y popular que se encuentra totalmente al aire libre y su visita es gratis durante todos los días y noches del año y que ha inspirado a numerosos artistas durante las últimas décadas.
Adoro a Galicia e me encanta Combarro!