En A Baíña, a orillas de la Bahía de Baiona, se encuentra en un pequeño istmo una pequeña capilla dedicada a Santa Marta cuyos cimientos datan del siglo XIII. Su proximidad al mar hizo que fuera objetivo de numerosos piratas, siendo el más conocido Drake, temido corsario que era apoyado por la Reina Isabel de Inglaterra. Este advirtió a la reina de un posible ataque español por parte de Felipe II, que estaba a construir una gran flota. La reina accedió a servir al pirata con 1.500 hombres para regresar a Baiona y destrozar las naves y así también poder robar el oro que portaban algunas de las naves.
Desembarcan en la Playa de Santa Marta, junto a la capilla, y pronto se hacen con una villa que se encontraba desprotegida. Sin embargo, el Conde de Gondomar consigue refuerzos y logra la retirada de las tropas inglesas. En su huida queman la capilla de Santa Marta. Corría el año 1585. Años más tarde,la capilla fue reconstruida por los vecinos. Entre esta península y la costa se encuentra la playa del mismo nombre.
La pequeña iglesia conserva trazas de su estilo románico original, como el arco sur y su tímpano liso, los canecillos y algún elemento decorativo como las bases de las dos columnas que sujetan el pórtico de la entrada principal y en donde se representan unas hexafolias. Su cubrición es a dos aguas, como la original, y se remata con una espadaña con dos pináculos y una campana.
El lugar se encuentra acondicionado con un pequeño paseo alrededor de la península y con un moderno monumento en la orilla del mar sobre una base artificial compuesta de piedras.