Nos encontramos ante una situación geográfica privilegiada por excelencia, un declarado Lugar de Interés Comunitario. El cabo Ortegal limita cara el este con una importante ría repleta de humedales de gran valor ecológico como es la ría compartida de Cariño y Ortigueira. Más al este todavía podremos observar el cabo más norteño de España, Estaca de Bares, punto que marca la confluencia de el Mar Cantábrico y el Océano Atlántico.
Hacia el oeste tenemos ante nosotros los impresionantes acantilados de A Serra da Capelada, así como a Punta do Limo, que dan cobijo a la mítica población de San Andrés de Teixido y a su legendario santuario. La altura máxima es representada por el alto de «Vixía Herbeira» con 613 m de altura, convirtiéndose pues en los acantilados más altos del sur y centro de Europa, sólo superados por algún fiordo de Noruega.
Veremos también punta Robaliceira. Lo que más nos llamará la atención es la presencia de una afilada y alta roca de casi 22 m de altura, que se levanta desafiante sobre el oleaje del cabo. De frente nuestra, nos deleitaremos con la presencia de tres pequeños islotes rocosos que reciben el nombre de «Os Tres Aguillóns» (Los tres aguijones). Cada uno recibe su propio nombre como el de «Cabalo Xoán», «A Ínsua» y «Tres Irmaos». Ya en el siglo primero, el griego Ptolomeo nombraba a estas rocas con el nombre de «Trileuco lampatiorum» (los tres blancos), quizás por la espuma del mar al batir contra ellas, o quizás por el guano acumulado por las abundantes colonias de araos de la época que hoy se encuentran extintas.
Por detrás del faro, a nuestras espaldas veremos el majestuoso y rocoso Monte Gargacido de 348 m cuyos acantilados se precipitan al mar delante de nuestros ojos. El faro se construyó en 1984 con 12,70 m de alto y 3 m de diámetro. En 1993 sufrió una reforma al pasar a depender de la autoridad portuaria de Ferrol el cual acometió una profunda modernización.
Numerosas especies de aves abundan en la comarca, como puede ser la gaviota patiamarilla, paíños, cormoranes y otras como puede ser el halcón peregrino. Este lugar es paso migratorio de aves, convirtiéndose en una excelente zona de estudio para los ornitólogos. En el mar se pueden llegar a ver delfines, calderones e incluso ballenas. La presencia de percebes y bancos de peces hacen de esta zona un peligroso lugar de trabajo para las gentes del mar.
En cuanto a la morfología del cabo está compuesto por rocas básicas, ultrabásicas, eclóxitas, gneis… La presencia de anfibolitas o granito negro hace de Cabo Ortegal el lugar con las rocas más antiguas de la Península Ibérica. Nada más ni nada menos que 1156 millones de años, el doble que las más antiguas conocidas hasta ahora en la península. Tan sólo en Polonia, Canadá o Australia encontraremos rocas más antiguas.
Desde luego el lugar es de visita obligada y a buen seguro que nos sorprenderá, así como la carretera que conduce al faro desde el monte Herbeira, con sus hermosos miradores de la ría de Cariño y Ortigueira.