En la parroquia de Albeos, en Crecente, existe una iglesia cuyos orígenes se remontan al siglo XII. Se trata de la iglesia parroquial de San Xoán de Albeos y tiene un origen románico. De este estilo conserva bien poco: Parte de la portada y de los muros laterales. El resto es posterior y de estilo barroco, como lo demuestra los pináculos y la espadaña de doble campanario que remata la fachada. Su planta es de cruz latina y mantiene un ábside rectangular. En la portada presenta una arquivolta con chaflán y parte de la otra que podría ser la original, pues el resto parece posterior.
Sostienen las arquivoltas dos columnas decoradas con capiteles con motivos vegetales. Las interiores también parecen obra posterior a las originales. La decoración del tímpano nos recuerda mucho a otras iglesias de origen románico posteriormente modificado, como a la iglesia de Sta Mª de Tourón, en Ponte Caldelas. En él hay una cruz y varias flores de lis.
Sobre la portada existe una placa conmemorativa al mártir San Paio (San Pelayo), al cual consideran como hijo predilecto de la parroquia, pues se dice que pudo nacer en ella. Además a escasos metros de esta iglesia, existen los restos del monasterio románico benedictino de San Paio de Albeos. Para llegar a este basta con bajar la «calzada» renovada que desciende hasta la carretera general donde hay un bonito peto y un cruceiro.
En el muro sur de la iglesia de Albeos existen los restos de un arco de medio punto que podría haber sido la puerta lateral de la primitiva iglesia. También se ha conservado un canecillo original que se encuentra sobre esta puerta ciega. Desde el atrio de la iglesia se obtienen unas fantásticas vistas del valle del Miño haciendo frontera con el país vecino de Portugal.
Cuenta la leyenda que San Pelayo, nació en esta parroquia, concretamente entre el barrio de “A Regalada” y “A Carballosa”., donde actualmente existe una mina de agua en buen estado.