De camino al Santuario de A Virxe da Barca en Muxía, es muy recomendable visitar el monasterio e iglesia románica de San Xiao de Moraime. Pertenece al siglo XII y fue fundando por los monjes benedictinos. Se trata de un conjunto histórico muy peculiar que fue destruido en varias ocasiones por piratas y corsarios ingleses. Muxía debe la fundación de su villa a los monjes de este cenobio, ya que estos concedieron licencia a los vecinos de Cereixo para poder construir sus viviendas en la villa, pues los piratas ingleses habían destruido por completo sus casas.
Además la parroquia de Moraime contaba con una riqueza agrícola, por lo que hacía depender aún más a los vecinos de la cercana Muxía. También el santuario da Virxe da Barca le debe sus orígenes, pues los monjes del monasterio de Moraime evangelizaron y cristianizaron un lugar donde eran habituales los cultos paganos como el culto a las rocas y otros similares.
La iglesia del monasterio de Moraime es de planta basilical y consta de tres naves separadas de columnas y tres ábsides. La fachada principal divide en tres cuerpos separados por contrafuertes. Dos rosetones se encuentran entre cada uno de ellos. Existen dos torres con campanarios a ambos lados de la fachada, de los cuales el de la izquierda conserva grandes rasgos de la torre primitiva. En el interior adosado a la fachada se encuentra un porticado más moderno que esconde un pórtico románico de gran belleza escultórica.
Otro hermoso pórtico es el de la fachada sur en el muro lateral. Se trata de una puerta que antiguamente daba acceso al monasterio de Moraime que se situaba unido a la iglesia y que hasta hace muy poco se encontraba tapiada. Más tarde este monasterio fue sustituido por uno del siglo XVIII que en 2009 se halla en proceso de rehabilitación. Este monasterio pasó a ser posteriormente la casa rectoral. Al lado de este podremos ver un bello ejemplo de palomar cilíndrico compuesto por piedra del país.
En el año 1970 se descubrieron unas pinturas donde se representan los pecados capitales. Estos frescos datan posiblemente del siglo XVII, aunque algunos estudiosos las sitúan mucho más atrás en el tiempo, concretamente en la época medieval.
En las proximidades de la zona se encontraron restos de una necrópolis, posiblemente romana o visigótica que nos hace pensar en la existencia de una posible ermita de orígenes prerrománicos. Además se encontraron otros materiales de época romana y bajomedieval. Un crucero en el campo que rodea la iglesia completa este excelente conjunto histórico-artístico.