Entre los kilómetros 70 y 71 de la carretera AC-550, muy cerca de Noia, se levanta uno de los cruceiros más espectaculares de Galicia. Su construcción data del año 1879 y en él se representa el desenclavo del cuerpo de Jesús por parte de José de Arimatea y Nicodemus para entregarlo a la Virgen María. Su construcción es en granito como la mayoría de los cruceiros de la región. No sabemos su autor pero sí que fue erigido por mediación de Agustín Pérez.
Se encuentra junto a una peligrosa curva de la carretera lo que propició que en el año 2001 un accidente de tráfico lo redujera a añicos. Con posterioridad se consiguió rehabilitarlo con lo que su figura volvió a lucir de nuevo esplendorosa en el mismo lugar. Junto y ligado al cruceiro se encuentra un pequeño y hermoso peto de ánimas donde los caminantes poder dejar una limosna.