Los Camba son una de las familias nobles más antiguas de Galicia. En los últimos mil años presentaron numerosos blasones que tuvieron en común la presencia de ruedas de carro formadas por dos piezas curvas o «cambas». Dicho símbolo era compartido con los Rodeiro, familia con la que estaban emparentados.
Aquí, en Rodeiro, en la parroquia de San Xoán de Camba y en las inmediaciones de las sierras del Faro y Farelo, tenemos un conjunto arquitectónico e histórico formado por lo que hoy es la iglesia parroquial y el pazo o casa-fortaleza de Camba, que también es denominado Casa Forte de San Xoán o Casa dos Churruchaos,
De la fortaleza tenemos referencias ya en la edad media. Se trataba de un recinto amurallado defendido por torres almenadas con un foso empedrado que podía ser incluso inundado. En el siglo XV fue destruida por la sed de venganza de los Irmandiños y posteriormente, en los siglos XVI y XVII, se transformó en un pazo que aún conserva trazas de la fortaleza como las tres naves y parte de una de las torres, que posiblemente fuera la de homenaje. Se trata de una gran torre de 8 x 8 y un grueso de paredes de 1,5 metros. Conserva una ventana de arcos semicirculares coronados por un tornalluvias y parte de los voladizos defensivos.
En el atrio, junto al muro de la iglesia tenemos un sepulcro que pertenece a Fernando de Camba (fallecido en 1510). Lo encontraremos roto, pues fue abierto para comprobar si guardaba una armadura de oro que contaban algunas historias. Fernando de Camba participó en la guerra de Granada junto a los Reyes Católicos. En el momento de nuestra visita la tumba estaba bastante cubierta de hierbas.
En 1935, tras la muerte sin descendencia en 1097 del integrante de los Camba al que pertenecía el pazo, paso a manos Luis Fernández Pérez. En la actualidad la fortaleza o pazo de Camba es privada y no es visitable.
Iglesia de San Xoán de Camba
Junto al pazo se erige una iglesia de origen románico que se encuentra unida al pazo directamente, pues la capilla pertenecía al nombrado pazo. De su portada original no queda nada, pues en 1618 fue reformada profundamente dándole el actual aspecto barroco. Aún así conserva trazos románicos como su planta y ábside rectangular al que se le añadió posteriormente uno circular y diversos canecillos.