A menos de 2 km al NO del Monasterio de San Rosendo, que se encuentra en la histórica villa de Celanova, se localiza una loma de 730 m en donde se asentó un pueblo de la llamada cultura castrexa. Se trata de Castromao. Sus orígenes datan de la Edad de Hierro, de los siglos VI o V antes de Cristo.
Las zonas más altas, más despobladas, presentan más restos de viviendas antiguas de forma circular, mientras que en las zonas bajas predominan las casas rectangulares, propias de los conquistadores romanos, creadas en los dos primeros siglos después del nacimiento de Cristo.
Todo el conjunto de Castromao se encuentra rodeado de una gran muralla de 485 m de longitud que abarca un conjunto arqueológico de 20.000 m cuadrados. También existe un terraplén de unos 20 m de alto que hacía más fácil la defensa del poblado.
En el lugar de Castromao se descubrió el conocido trisquel calado, una tábula romana, una figura zoomorfa y un tesoro de monedas del siglo I. Estos tesoros se encuentran en el Museo Arqueológico Provincial de Ourense. La alta romanización de este castro se explica por el paso en sus cercanías de la conocida Via XVIII, del itinerario de Antonino, que discurría por el Val do Limia.
Otra muestra de la romanización de la zona es presencia en O Freixo de uno de los pocos puentes de Galicia que se pueden considerar de fábrica genuinamente romana que pertenecía a un ramal que desde el Aquis Querquennis de dirigía a Ourense.
El castro de Castromao se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Este alto no solo nos muestra una trozo de historia, sino también es un lugar ideal para observar las fascinantes panorámicas de toda la comarca de Terras de Celanova y del Baixo Limia.
Precioso, pero descuidado, lleno de hierbas que impiden apreciar los restos arqueológicos