Cuando circules por la carretera nacional que une Lugo con O Cebreiro, en el municipio de O Corgo, no os dejéis impresionar por una señal que indica la existencia de un puente romano denominado como puente de Os Galiñeiros. No es por que no exista, ni por que no merezca la pena. El problema es que, una vez metido, no hay vuelta atrás. Es prácticamente imposible su localización, debido a la ausencia de señalización. Aún por encima, la abundancia de ramales de carreteras secundarias hacen que su búsqueda se haga casi imposible. Así pues, solo nos queda la opción de preguntar por su situación o guiarse por nuestro mapa, por ejemplo.
Se trata de un pequeño puente de un sólo arco que cruza el río Chamoso, entre Pedrafita y Arxemil. Su antigüedad se remonta posiblemente a épocas romanas, ya que por aquí pasaba una importante vía de comunicación del Imperio (Vía XIX). Sin embargo, el puente se halla muy transformado en épocas medievales e incluso en el mismo siglo XX.
Es una verdadera lástima la situación del puente de Os Galiñeiros, debido a que su asfalto de pichi permite hoy el tránsito de vehículos, a pesar de la existencia de un vial muy próximo que cruza el río por un pequeño viaducto. El hormigón forma parte de sus parapetos y la maleza y la suciedad hacen muy difícil su observación. Lo que podía ser un bonito puente medieval, situado en una zona ribereña, es simplemente un pedazo más de carretera que posiblemente pasemos sobre él inadvertidos.