Otro castro más de Castroverde que conserva los restos de una serie de sepulcros antropomorfos excavados en roca están en Recesende, parroquia de este concello.
No obstante, esta relación entre castro y sarcófago no es cronológicamente simétrica, ya que las sepulturas de lo alto del castro de Recesende probablemente sean altomedievales. Casos similares en este concello son los sepulcros de Goo y de Páramo.
El alto del castro, llamado Outerín, se encuentra a una altitud de 535,7 metros y sobre él se levanta la iglesia parroquial y el cementerio de San Cibrao de Recesende. Este yacimiento está muy desconfigurado por la agricultura intensiva y la «casa grande de Recesende». A esto le sumamos la iglesia, el cementerio y en las proximidades una serie de instalaciones agrícolas.
La «casa grande» nombrada anteriormente mantiene el escudo de la familia del historiador Miguel García Teijeiro (1867-1936), que fue residente de esta.
La iglesia de San Cibrao es sencilla y parece de origen barroco. Lo que sí es antiguo es el nombre de la parroquia, que es nombrada como villa recesindi ya en 998.
Los sepulcros antropomorfos de Recesende son ocho y están en el punto más alto de la croa del castro, sobre un saliente rocoso. Se orientan este-oeste, propio de los enterramientos de la religión cristiana.
Los enterramientos podrían ser las tumbas de alguna familia de abolengo o con grandes posesiones de terreno. A veces, las propias tumbas se excavaban en un punto privilegiado desde donde se pudiera divisar las propiedades.
Estas tumbas fueron descubiertas en 1920 y lo más curioso es que tres de estos sepulcros parecían estar bien sellados y rellenos de tierra, tal y como se enterraban a los difuntos en este tipo de sarcófagos. Sin embargo no había restos de cuerpos pero aparecieron dos machetas de cuarzo cristalizado.