El Monte do Faro se localiza muy cerca de la localidad de Valença do Minho, en Portugal, y se levanta hasta los 566 metros convirtiéndose en el punto más alto de los alrededores.
Su cima sirve como punto de comunicaciones y son varias las antenas instaladas sobre él. Unos metros más abajo se encuentra a Capela de Nossa Senhora do Faro que celebra su romería el 15 de Agosto.
Junto a ella un restaurante aprovechó los restos de unas antiguas instalaciones de romeros y toda la zona ha sido convertida en una gran área recreativa con mesas y una fuente dedicada a Sto Antonio de 1939.
En cuanto a la iglesia es de principios del siglo XVIII, concretamente del año 1707 y fue fundada por los monjes benedictinos del Mosteiro de Ganfei. Fue abandonada en 1834 y poco después recuperada de nuevo.
Junto a la iglesia existe un castaño centenario que seguramente vio nacer esta capilla. Este atrio tiene sus losas repletas de inscripciones que a nuestro parecer serían de principios del siglo XX.
No tenemos constancia de una ocupación anterior al siglo XVIII pero teniendo en cuenta la historia de este tipo de santuarios es lógico que antes de esta existiera algún tipo de culto asociado al paganismo. También no sería improbable la ubicación de un monasterio más antiguo ya que en las cercanías podremos ver restos de un lagar.
La fachada barroca es de granito en parte pintada de blanco y bajo una hornacina tenemos la figura de São Bento (San Benito). Se anexó una capilla en su muro sur en el año 1949 y frente a su entrada existe un motivo decorativo que se sujeta con una columna de difícil interpretación.
Existe una leyenda que nos cuenta que un hombre fue preso en África en sus batallas contra los moros. Fue encadenado con grilletes que le sujetaban los pies y día a día imploraba a la Virgen natal de Nossa Senhora do Faro. Un día desesperado y desfallecido por el calor, al levantarse se dio cuenta que ya no estaba en África, sino que se había despertado junto a la capilla de su amada divinidad a Nossa Senhora do Faro y aún con los grilletes puestos. En ofrenda allí dejó dichos grilletes.
Desde el área recreativa sale una carretera construida a principios del siglo XX que da acceso al mirador de la capilla de Santa Ana desde donde tendremos unas vistas maravillosas.
