Para saber todo sobre esta zona os recomendamos que veáis la sección donde se habla de los vecinos Muiños do Folón y de su ruta. Continuamos la ruta desde lo alto de los Muiños do Folón, caminando por el llano denominado Chan da Cereixeira, desde el Mirador de San Martiño, cerca de la capilla del mismo nombre. Es en este punto donde se dividen las aguas que servían para mover las maquinarias de los Muiños do Folón e do Picón. En épocas pasadas, tras una disputa sobre a quién pertenecían las aguas del Río da Cal, de donde provienen estas, se decidió construir una derivación al mismo nivel, para poder repartir a partes iguales las aguas que darían la vida a estos molinos.
Antes de empezar el descenso ya veremos varios molinos situados, como no, al lado de estos canales. Nada menos que 21 molinos conforman esta parte de la ruta. Pasaremos al lado de regatos, canales y hermosos molinos totalmente reconstruidos en el año 2001, por la Escuela Obradoiro.
Atrás dejaremos pequeños puentes, escaleras de piedra y hermosas zonas de descanso, además de las maravillosas vistas que podremos observar a lo largo del descenso. Llama poderosamente la atención la antiquísima calzada pétrea que nos seguirá a nuestro lado, llamado Camiño de San Martiño. En él podremos ver las profundas marcas de los carros de bueyes que antaño recorrían con gran esfuerzo este camino.
Más abajo la calzada se convierte en asfalto, por el que tendremos que recorrer unos cien metros hasta llegar a un desvío a mano derecha que nos conducirá otra vez hasta el punto de partida.
Esta ruta de los molinos del Folón y do Picón puede hacerse en ambos sentidos, y se vaya por donde se vaya, estos paisajes no tendrán ningún desperdicio.
Estos molinos también fueron declarados Bien de Interés Cultural a finales de los 90.
