A 630 m de altura, casi en lo más alto del Pico del Galiñeiro, en una zona conocida como As Ghallas, se esparcen los restos de un asentamiento histórico de orígenes inciertos.icia. Se sitúa al abrigo de los dos picos que forman la parte delantera de la cresta de la sierra. Un lugar inexpugnable, por la inclinación de las paredes de la montaña. El paso de los siglos y la actividad humana impiden, a falta de estudios, concretar con certeza el origen de los restos. Hay quién ve un posible emplazamiento castrexo de los siglos anteriores a Cristo con trazas de romanización. Otros se inclinan por un asentamiento más joven de la alta edad media. Lo más probable es que se una mezcla de esto y de mucho más. Sin duda esta atalaya tuvo que servir de cobijo y puesto de vigilancia en los siglos posteriores a Cristo para los más variados moradores. Desde galaicos-romanos y sus invasores suevos hasta los grandes señores feudales, pasando por pastores y posiblemente algún pueblo nómada. Lo que no cabe duda es su situación privilegiada ante las numerosas atalayas que desde aquí se divisan en todas las direcciones, haciendo de este lugar uno de los puntos más estratégicos de todo el suroeste de Galicia.
Poco se puede apreciar en este asentamiento, tan sólo montones de piedras de los antiguos muros esparcidas por los alrededores y los restos de la ancha muralla defensiva que protegía el flanco más débil. Se puede apreciar también alguna dependencia o vivienda de forma rectangular.
