Desde el centro de Carballeda de Avia, muy cerca de la iglesia de San Miguel, existe un cartel indicador que nos dirige por la carretera hacia Veronza. A tan sólo unos 500 metros, antes de cruzar el río, nos encontraremos ya el sendero que nos conducirá cerca del arroyo hasta los molinos de Veronza.
Pasamos por la pequeña capilla de San Lourenzo y pronto daremos con un paisaje de gran belleza, tanto por su naturaleza como por su arte etnográfico. Reconstruido en el año 2007, el conjunto de molinos de agua se localiza en medio de una gran área recreativa, con mesas y papeleras. Una gran roca preside el conjunto y debajo de esta existe una especie de lavadero semiartificial por donde discurre el agua.
Cruzando el puente de madera subiremos a un grupo de molinos construidos junto a grandes rocas con formas muy curiosas. Uno de ellos presenta las muescas en la roca donde se sujetaba la maquinaria de un aserradero hidráulico.
Un poco más arriba llegaremos a un gran molino de dos ruedas que posee un gran canal horadado en la roca viva para poder hacer llegar el agua.
El conjunto de los molinos de Veronza se encuentran enmarcados en un espacio natural de gran belleza, donde abundan las especies autóctonas. Una de estas especies que nos llamará la atención será el amorodo, conocido en castellano como madroño. Se trata de un árbol pequeño parecido al laurel con unas frutas carnosas redondas de color rojo.
Desde aquí parte uno de los Caminos Naturales de Carballeda de Avia que atraviesa estos y otros conjuntos de molinos y que pasa por la mítica Pena Corneira. La ruta se encuentra magníficamente señalizada.
Estuve allí en Semana Santa y lo encontré muy mal señalizado.