Escondido en el concello de O Rosal, se encuentra un lugar que por su naturaleza y su riqueza etnográfica hacen que este sitio sea único y de visita obligada. Esta zona no solo es conocida por sus bellos parajes sino que también se conoce por sus famosos muiños (molinos) de agua, que durante los últimos años han sido reconstruidos. Junto a estos se ha creado una ruta de verdadero interés etnográfico y natural. Se trata de los molinos de O Folón.
Muíños do Folón
Ni más ni menos que 36 molinos que junto a los 31 de O Picón, que están en las inmediaciones, harían un total de 67 y por eso este conjunto es uno de los más importantes de toda la Península Ibérica y de toda Europa. Los molinos datan de los siglos XVIII y XIX y primitivamente pertenecían al clero. Más adelante pasaron a manos de particulares y fueron heredados entre familias. Casi todos son de planta rectangular y con cubrición a una sola agua. Sus muros son de mampostería compuestos por piedra granítica del país. Ambos conjuntos se encuentran en la parroquia de Santa Mariña do Rosal.
Recuperación etnográfica
La zona de Folón comprende 36 molinos y esta será la primera que describiremos. En el año 1991, conscientes del gran valor etnográfico, comenzó el primer proyecto que consistía básicamente en habilitar el acceso a los mismos. Posteriormente y en diferente fases, empezó la restauración integral de los viejos molinos derruidos. A través de la Casa de Oficios, se contrató a desempleados para la tarea, que continúa con el programa Leader. En el año 1996 la Escuela Obradoiro de los Molinos de Folón continuó la restauración de casi todos los molinos. Gracias a todo esta labor, en el año 1998 fueron declarados Bien de Interés Cultural
Recomendamos la primavera como mejor época para visitar este lugar, debido al esplendoroso verde que nos ofrece y a la abundante agua que llevan los regatos y que darán forma a mil y una cascadas. En época lluviosa nos podremos encontrar con la desagradable sorpresa de dar marcha atrás ante la imposibilidad de poder continuar debido al elevado cauce de los regatos. Un día de verano caluroso podría conducirnos a un gran sofoco debido a los tramos de ascenso final. Se trata de una ruta circular de 3 km de recorrido y dificultad media.
La ruta
O Rego do Folón da agua y vida a estos parajes y daba la fuerza antaño para el movimiento de los molinos de agua. Nada más llegar nos daremos cuenta de la belleza de estos lares. Procuraremos llevar un buen calzado y algo de avituallamiento pues nos espera una corta pero dura subida. Sin embargo está ruta es válida para cualquier persona, ya que su reciente acondicionamiento nos permite que sea un camino agradable y «cómodo».
Comenzamos la ruta en el llamado «A Ponte das Penas» en el Camiño do Aral. Desde aquí parten dos caminos: Uno en el margen derecho del río que nos conducirá a la zona del Picón y otra a la izquierda por la que iremos al Folón. Una y otra empiezan y acaban en el mismo lugar: en este punto. Aquí podremos ver ya dos molinos de los cuales en uno de ellos se encuentra el punto de información.
Cogemos pues la pista de la izquierda y prácticamente a unos metros nos toparemos con más molinos. Uno de ellos se haya rehabilitado, como reza su cartel, por manos particulares. Este primer conjunto de nueve molinos se denominan Muíños das Laxes. Seguimos entre eucaliptos y llegaremos a un lugar hermoso atravesado por el «Rego do Padín» compuesto de una pequeña cascada de aguas cristalinas, dos molinos llamados con el mismo nombre del regato y un puente de madera que atraviesa una poza.
Más eucaliptos y la ruta se tuerce a la derecha hacia la ribera del río Folón, dejando en el valle los cuatro Muiños de Maceira o Muíños da Cova da Freia, si bien podemos continuar para observar estos desde lo alto caminando por la calzada pétrea que encontraremos llamada Carreira de Martín y que recorre el valle hasta los molinos do Folón. Una vez en el valle comenzaremos a ver un paraje idílico. Veremos a lo alto una infinidad de molinos, dispuestos unos seguidos a otros, como aprovechando cada gota de agua y que esta no fuera desperdiciada. Una hermosa cascada se nos sitúa junto a estos y una serie de puentes y pasos de madera conforman un espectáculo único. Los primeros siete molinos son los Muíños de Martín y los siguiente trece los Muíños da Cereixeira.
A partir de aquí iniciaremos la corta y dura subida compuesta por una pequeña senda y unos escalones, hasta llegar a la zona llana llamada «O Nivel» o Chan da Cereixeira, situada a casi 300 m de altura próximo al alto de Solleiros en donde se encuentran los tres molinos de O Nivel. Más adelante tenemos el último molino, el de A Enxubrigada. Aquí arriba, disfrutaremos del mirador desde donde divisaremos gran parte del Concello de O Rosal y A Guarda con el Monte Santa Trega al fondo. También veremos el curso final del gran río Miño que hace de frontera natural con Portugal.
No olvidemos admirar el valle del Río do Folón, ya que desde aquí veremos todo el conjunto de molinos y naturaleza, que hemos dejado atrás. Desde este punto y siguiendo la pista a mano izquierda, podremos acercarnos a la pequeña y austera Capilla de San Martiño, la cual se encuentra perdida en la espesura del bosque e inaccesible prácticamente a los turismos. Un cartel interpretativo la sitúa a 750 m de altura pero lo cierto es que no se encuentra a más de 300 m sobre el nivel del mar.
Las cascadas
En varios tramos de la ruta de Os Muíños do Folón podremos ver en épocas de lluvias bonitas fervenzas formadas por el pequeño río que nace estas montañas.
Muíños do Picón
No podemos dejar de hablar de los «Muiños do Folón» sin nombrar a los «Muiños do Picón«, ya que se encuentran en la misma ruta y su historia está íntimamente relacionada. Sin embargo los describiremos en páginas separadas, ya que por su belleza unos y otros se merecen menciones aparte.
Molinos del Río Cal
También desde Chan da Cereixeira podremos dirigirnos al río da Cal, famoso por sus pozas y por sus peculiaridades deportivas. Sino continuaremos la ruta en descenso hacia los llamados Muiños do Picón.
Amenazas
Durante los últimos años los incendios se han cebado con estos montes en donde se ubican los Muíños do Folón y ha destrozado prácticamente el poco bosque autóctono que quedaba. Los eucaliptos hoy son los grandes protagonistas de otrora un sitio sin igual.