Galicia es atravesada por miles de ríos, ríos que han mantenido distantes comarcas vecinas, tan solo separadas por unos pocos metros. Para poder salvar este problema, el hombre ha tenido que construir a través de lo siglos infinidad de puentes y pontellas de los que muchos han llegado hasta nuestros días después de cientos de años.
Se suele diferenciar las pontellas de los puentes por su tamaño y su estilo arquitectónico. Estos eran construidos normalmente por los vecinos de las comarcas aledañas y no contaban con grandes presupuestos. Carecían de arcos o si existían eran muy sencillos y no contenían elementos arquitectónicos de relevancia. Muchos podrían tener sus orígenes incluso en poblados castrexos.
Sin embargo un puente era una obra de envergadura, que precisaba de ingenieros, abundante mano de obra y sobre todo de un buen aporte económico. De hecho los ríos a salvar presentaban un cauce más caudaloso la mayor parte del año. Normalmente estos formaban parte de vías de una cierta importancia y que tenían un buen interés económico.
El caso que nos ocupa es de origen incierto. Por un lado tenemos la tipología típica de una pontella pero las dimensiones de un puente. Este viejo puente está construido en mampostería y contiene dos falsos arcos compuestos de dos losas que simplemente por presión sujetan la calzada que se encuentra escondida bajo tierra después de varios siglos.
Conserva tajamares irregulares que domestican las aguas del río conocido como Puente Doade. Por su tipología, creemos que única en Galicia, podría considerarse uno de los puentes más antiguos de la comunidad. Ya la toponimia del río nos da muestra de la antigüedad ya que es el río el que ha adoptado el nombre del puente, por lo que debería ser conocido hace muchos siglos, aunque se cataloga como medieval en una señal.
Si fuera medieval y si perteneciera a alguna vía de comunicación de importancia su estructura sería bien diferente. Para un puente local no sería necesaria las dimensiones que adopta este ya que su para su construcción debió trabajar un buen puñado de hombres. Lo peor es que se permite el paso de vehículos por el puente lo que podría representar un grave riesgo para su estructura y en breve tiempo podría desaparecer lo que puede ser uno de los puente más antiguos de Galicia.
Encontramos referencias de este Ponte Baíste en el trabajo de Aser Angel Fernández Rey, «Los puentes de la Provincia de
Orense a principios del XIX», en donde se refieren a este puente en el año 1804 de esta manera: » RUBILLON: 1804. Junio, 2. PUENTE BAISTE: “Se halla colocada en el riachuelo llamado de Chao da Veiga; pertenece la mitad de ella a este coto de Rubillon, y la otra mitad a la jurisdiccion de Sotelo de Montes. Tiene cuarenta varas castellanas, dos buques o pontillones sin forma de arcos: Se necesitan 9000 reales para reedificarla, hacerla de arcos de cantería como toca”.