Muchos conocemos el famoso monasterio de Santa María de Melón pero son pocos los que conocen los puentes del siglo XVIII ubicados a menos de 300 metros del cenobio. El primero está en el lugar de A Ponte, en Coto Grande. El otro, el que nos ocupa, se ubica al SE del monasterio y vadea el llamado Río da Cortella, que es el río encargado de haber forjado parte del valle de Melón. No está señalizado y tan solo lo hemos encontrado en un inventario de patrimonio del concello de Melón mencionado como Ponte Romana.
Recibe el nombre de Ponte Semelón y se trata de un puente de piedra de un solo arco con un ligero apuntamiento propio de los puentes del siglo XVIII. Por lo que apreciamos, por él pasaba un camino que ascendía hacia la Serra da Chan de Moeiras para enlazar con el viejo camino de Penavaqueira a Filgueira, en Crecente.
Más de 200 años encima y en pie, aguantando las embestidas del Río da Cortella y del escasísimo tráfico pues se encuentra asfaltado a pesar de su estrechez y de su poca utilidad hoy en día. En el libro «Los puentes de la provincia de Orense a principios del XIX» nos habla de este puente de la siguiente manera: “En el rio que baja del Burgo y la Feixa. Toca a la jurisdiccion de Melon y da servintia a varios lugares; tiene de ancho el rio treinta y cuatro varas. Tiene un solo arco de longitud de diez varas. Necesita las varandillas y ser ladrillada que costara dos mil reales”.
Además el puente debió ser asfaltado a finales de la primera década de este siglo pues en la ficha del patrimonio del concello de Melón cuenta que su pavimento es de «laxas de pedra e coio» y eso que cuenta con un nivel de protección integral.
El puente se encuentra envuelto en un bonito marco natural que forma el río da Cortella y que mantiene un bonito bosque de ribera. Pegado al puente existen los restos también de un molino centenario.