La histórica villa de Sarria es el fin de una de las etapas del Camino de Santiago Francés. Tras el descanso merecido de los peregrinos en la villa, al día siguiente comienzan su caminata hacia Portomarín y lo hacen cruzando el río Celeiro, o río Pequeno, sobre un puente llamado Ponte da Áspera.
Una vez cruzado estos eligen si seguir el camino que pasa por Santiago de Barbadelo o bien continuar por Maside. Ambos confluyen más adelante, poco después de Domiz.
Volviendo al Ponte da Áspera de Sarria, sabemos que este antiguo paso de piedra es de origen medieval y como decíamos cruza el río Celeiro, antiguamente llamado incluso Río de Barbadelo.
No sería de extrañar que el nombre original de este puente fuera «Aspera» y no «Áspera» ya que su topónimo podría estar relacionado con la probable y quizás obligada espera que los viajeros tenían que hacer, posiblemente para pagar el pontazgo.
Consta de cuatro arcos, de los cuales tres conservan en parte su factura románica. Los arcos y tajamares están construidos con robusto granito, mientras que la calzada y los pretiles con pizarra.
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