En el siglo X, Portomarin, pertenecía a Pedro Arias, que fue fundador de un monasterio del que formó parte la iglesia actual de San Juan o San Nicolás. La situación en el Camino de Santiago, hizo que tomara fuerza el cenobio y se creara un iglesia más grande. En el siglo XII, la Orden Militar de los Caballeros de Santiago construyó un templo de grandes y altos muros y coronado con almenas, que le daban aspecto de fortaleza, la iglesia de Portomarín.
Su emplazamiento original de la iglesia de Portomarín no es donde hoy la podemos ver. Se encontraba a orillas del río, junto a la antigua villa de Portomarín. En el año 1950 fue proyectado el embalse de Belesar, lo que propició que la villa y el puente romano que destruyó Doña Urraca se inundaran para siempre. Un arco del puente que aún se conservaba y la iglesia fueron trasladados piedra a piedra ladera arriba, en el lugar donde también se reconstruyó el nuevo Portomarín.
Lo más destacable es la fachada que cobija un gran arco de descarga que genera dos pequeños resaltes que se convierten en torres almenadas. Bajo el arco se ubica un gran rosetón, que proporcionalmente es el mayor de Galicia.
La portada es mateana, abocinada con tres arquivoltas de gran decoración. En el tímpano se representa en una mandorla un Cristo de estilo diferente a la decoración de el resto de la portada, lo que nos indica en un escultor diferente al resto. Los muros laterales están ocupados por contrafuertes unidos entre sí por arcos de medio punto muy peraltados. En ambas fachadas laterales de la iglesia de Portomarín se sitúan dos puertas de un estilo parecido a la principal.