El puente de origen románico de Caaveiro se encuentra en un paraje de inigualable belleza. Entre fervenzas y arropado por el imponente bosque gallego resulta bien fácil dibujar una estampa en el que toda la naturaleza gallega nos presenta sus mejores galas.
Desde el puente se nos dibuja el sinuoso río Sesín que a su paso por Caaveiro, va buscando caminos y en su discurrir forma numerosos saltos de agua que hacen aún más bella la estampa. Este puente llegó hasta nuestros días en muy buen estado de conservación y antaño daba paso hacia la entrada al monasterio de Caaveiro. Junto al puente descansan los restos de un viejo molino secular de dos «moas». Para localizar este conjunto basta con descender un camino empedrado que parte desde el monasterio hacia el valle del Sesín y a unos 50 metros lo encontraremos.