La empresa Endesa explotó el complejo mineral de As Pontes de García Rodríguez durante más de 30 años. El lignito era el preciado mineral para poder dar vida a la central térmica de As Pontes. Para ello se creó una mina a cielo abierto por el que se realizó un gran agujero de más de 200 m de profundidad, una extensión de 811 ha. La extracción del mineral además propició la formación de una gran escombrera.
El motivo principal es que tristemente salía más rentable exportar el mineral del extranjero desde cientos de kilómetros que extraerlo a 500 m. A partir del año 1985 se comienza a recuperar la escombrera y los primeros planes para la recuperación del gran «burato». Se decidió la creación de un gran lago mediante las lluvias lo que conduciría a un llenado que duraría 20 años. Sin embargo se preparó otro plan desviando algún pequeño arroyo y creando un canal para traer agua del Eume.
En poco más de cuatro años se consiguió el llenado que culminó en la primavera del 2012, creando así el mayor lago artificial de España y de los mayores de Europa, convirtiéndolo en la mayor regeneración medioambiental de la península de la historia.
Para la «entulleira» (escombrera), que ocupaba una extensión de 1.150 ha, se regeneró plantando 580.000 árboles y construyendo 67 km de pistas y 56 km de canales.
Hoy, un gran lago cubre el «gran burato», en el que incluso existe un playa fluvial y se practican toda clase de deportes y actividades naúticas. El lago varió ligeramente el clima de la comarca , propiciando algún banco de niebla más habitualmente y descendiendo la temperatura en casi medio grado. Se especula con el posible uso energético que produciría el lago, dejando en entredicho el mero objetivo medioambiental inicial.
El lago tiene un perímetro de 15 km y una longitud máxima de 4,7 km, llegando a obetener un volumen de agua de 540 hm3.
