En el norte de Portugal, el río Laboreiro nace en Giestosa, a una altura de más de 1200 metros. Desciende las montañas y al pasar Castro Laboreiro (900 m) se encaja en un estrecho y fantástico cañón. Justo antes de su encajonamiento sus paredes rocosas fueron aprovechadas en el siglo XVII para la construcción de un puente de un solo arco que unía las dos orillas.
Su uso era exclusivo para el acceso a los tres molinos situados en la orilla izquierda que aprovechaban la fuerza del agua que en este lugar forma magníficas cascadas y rápidos. Debemos saber que unos 100 metros río arriba el Laboreiro discurre por una zona de aguas más tranquilas que es atravesado por la vía principal que llegaba a Castro Laboreiro y que cruza el río por una gran «pontella».
El lugar está alterado por la construcción de un gran dique de hormigón por debió servir para afianzar el antiguo muro de mampostería que debía canalizar las aguas y evitar que las riadas se llevaran el puente.
El puente de la nueva carretera pasa a muy pocos metros de este y desde él sale un acceso a cada una de las bandas del río.
Pertenece a Castro Laboreiro, parroquia que hoy en día forma parte de la União das freguesias de Castro Laboreiro e Lamas de Mouro.
Muy cerca no debemos perdernos los restos de la fortaleza de Castro Laboreiro y sus impresionantes vistas del Parque Nacional da Peneda-Gerês.