En Galicia existen muy pocos ejemplos de molinos de marea y son muchos menos los que han conseguido llegar hasta nuestros días en estado más o menos decente. Buenos ejemplos son el molino de A Seca en Cambados, el de O Pozo do Cachón en Muros o el de A Senra en Ortigueira.
En Catoira existe los tristes restos de otro que a pesar de su abandono se trata de uno de los ejemplos más excepcionales y singulares de la geografía gallega. Se localiza en la ría de Arousa, junto a la desembocadura del río Catoira en un lugar denominado Machón, emplazado en el Espazo Natural del Río Catoira y englobado dentro del LIC Sistema Fluvial Ulla-Deza y Red Natura 2000. Es el molino de mareas de Machón que a veces también es denominado como Muíño do Cura.
Como sabemos los molinos de mareas aprovechaban la subida del agua del mar y la contenían mediante diques y presas aprovechando zonas intermareales de poca profundidad. Con la subida las compuertas permanecían abiertas para la entrada del agua y cuando estaban llenos estas eran cerradas para así embalsar el agua de la pleamar. Cuando bajaba la marea se abrían las compuertas que daban acceso al agua a los rodicios del molino y la fuerza de la corriente, debido a la diferencia del nivel del dique y el mar, generaba la energía necesaria para el movimiento de las maquinarias.
Este molino de mareas de O Machón es único en cuanto a su tipología ya que además de la marea aprovechaba el agua del pequeño río Catoira que vertía en la misma presa. Aún podremos ver uno de los «pés» estriados en el lugar y otro que aún conserva la «moa».
Otra particularidad de este molino es el gran arco que forma en la salida del agua, de características similares a los arcos de los puentes de la segunda mitad del siglo XVIII y XIX. Este gran molino poseía tres plantas, con vivienda y fallado en las plantas superiores. Su parte inferior se distribuía en dos partes, una con dos canales con rodicios y otra con un gran canal con el citado arco de salida del que no se conoce muy bien su uso. Es posible que actuara como aliviadero en caso de intensas lluvias que provocarían aumentos repentinos del caudal del pequeño río Catoira.
La diferencias de materiales empleados como la mampostería, sillares bien tallados, ladrillos artesanales e incluso cemento nos da una idea de las veces que pudo haber tenido modificaciones durante su vida útil. Desconocemos la fecha de construcción de este gran molino aunque existen datos de su existencia cuando se construyó la cercana línea de ferrocarril en 1873. Su actividad alcanzaría seguramente los primeros años del siglo XX.
Para llegar hasta a él se puede hacer desde el área recreativa y playa fluvial de Catoira a través de una senda acondicionada o a través del paseo fluvial que recorre este pequeño río desde el edificio multiusos de Fonte Gaiteira. Además del molino de mareas, el río Catoira aún conserva restos de hasta 45 molinos de agua en sus dos riberas. Es posible acercarnos en vehículo desde Outeiriño hasta la parte trasera de Conservas Friscos, en el mismo lugar en donde se encuentra la EDAR de Catoira.
A unos metros tenemos los restos de varias edificaciones de los que solo quedan las bases de los muros. También podremos ver las ruinas de la fábrica de cerámica de Cedonosa construida en la década de los cuarenta del siglo XX sobre una construcción mucho más antigua. Esta fábrica cerró sus puertas definitivamente en el año 2009.
La construcción del paseo fluvial se llevó a cabo en el año 2007 y en 2010 fue ampliado. En esta senda que lleva hasta la playa fluvial podremos ver un observatorio de aves de madera construido en el año 2019 con un presupuesto cercano a los 25.000 €.
Son varias las noticias que hemos visto sobre la posible consolidación del molino aunque de momento parece ser que tendrá que esperar.
Desde el molino podremos ver sobre la Ría de Arousa el gigantesco puente del tren de alta velocidad denominado Viaducto del Río Ulla perteneciente al Eje Atlántico. Este puente de 1620 metros de longitud total tiene el vano más grande del mundo en puentes de celosía mixta.