El molino de Muíño da Seca es uno de los pocos ejemplos de molino de mareas existentes en Galicia en la actualidad. Como muchos de los molinos de Galicia, su antigüedad y sus orígenes se remontan al siglo XVI, en este caso bajo dominio del cercano Pazo de Fefiñáns, al que pertenecía.
Se ubicaban en ensenadas poco profundas de zonas de marismas. Así aprovechaban las mareas para llenar una presa artificial que se mantenía abierta durante la pleamar. Una vez lleno y en la bajamar, el agua se colaba de nuevo, pero esta vez por los canales que se utilizaban para la colocación de los “rodicios” en el denominado «Saco de Fefiñáns» y así con la fuerza de la marea poder ser movidos.
La gran presa de piedra del Muíño da Seca medía entre 1 y 3 metros de altura y contaba con un volumen de agua de 50.000 m3 a 75.000 m3. El molino contaba con cuatro «moas» (ruedas de piedra) que generaban una energía aproximada de 240 kw/h, pero no para la producción de electricidad precisamente sino que para la molienda del grano tan necesario en siglos anteriores.
A principios del siglo XX aún era mayor la extensión del embalse A Seca pero la construcción del Muelle de Tragove y los paseos marítimos la redujo un 3%. En los años 90 el molino pasó a formar parte de la Rede de Museos do Iltmo Concello de Cambados y su interior está rehabilitado para su visita. En la cercana Punta de Tragove existen los restos de unas salinas.
Podemos ver otros ejemplos de molinos de agua en Ortigueira, en Muros o en Vilaboa, aunque en este último ya no existe la edificación del molino.