En gallego las palabras «laxe», «penedo» y «pena» son utilizadas en Galicia para designar diferentes rocas. Es esta tierra de O Condado abundan enormes piedras graníticas que afloraron desde el subsuelo hace millones de año en forma de burbujas de magma que al llegar a la superficie se enfriaron y se endurecieron. Por eso toda la comarca está plagada de estas rocas que adoptan multitud de formas, aunque abundan las formas redondeadas, los también denominados «bolos».
Muchas de ellas adquieren tamaños gigantescos por lo que es normal que desde hace miles de años fueran objeto de multitud de leyendas, ya que sus formas y dimensiones llamaban poderosamente la atención a los lugareños. Muchas fueron utilizadas como lugar de ritos paganos y otras adaptadas para formar los más curiosos refugios para pastoreo o para formar parte de antiguas atalayas y fortalezas alto medievales.
Aquí, en los Montes de Xinzo y en la parroquia de Ribedetea (Ponteareas) existe una gran roca que se encuentra en equilibrio y que alguien quiso cristianizar hace un par de siglos colocando una pequeña cruz de piedra en lo alto de la roca. Esto era propio en lugares con objeto de culto pagano o que desprendían misterio y oscuras leyendas. No es de extrañar que esta gigantesca roca haya levantado la curiosidad de la gente durante muchos siglos.
El gran Penedo da Laxe da Cruz se encuentra en equilibrio apoyado sobre otra roca del suelo. Mantiene signos de cantería y es probable que la roca original fuera más grande.
Muy cerca de este lugar se encuentran otros grandes «penedos» que fueron aprovechados para la creación de un «chozo». También encontrarás los restos muy próximos de un foxo de lobo localizado en 2020.