El río Arnoia y el Gato forman un sistema fluvial sin igual en todo el sur de Galicia. Sus meandros discurren entre las montañas de dura roca formando unos valles estrechos y profundos. En algunos casos el valle alcanza una profundidad de 300 metros con una gran inclinación en sus laderas. Podemos decir que los meandros del Arnoia desde Grixó hasta antes de la desembocadura en el Miño, suman una longitud de más de 12 km, cuando existe la mitad de la distancia en línea recta. Eso sin añadir sus afluentes, como el río Gato. El espectacular valle de este río y una pequeña parte del Arnoia será nuestra ruta.
Debemos saber que es una ruta corta pero de una gran dureza, por lo que aconsejamos ir bien preparados y provistos de agua y calzado cómodo, así como evitando los días de altas temperaturas. También debemos pensar que para las personas con movilidad reducida y niños de corta edad sería una ruta muy complicada y muy dura.
Comenzamos la ruta desde el campo de fútbol de Sande y seguimos una buena pista que desciende durante 1 km directamente hasta lo más profundo del valle del río Gato. Una vez lleguemos al río comienza el estrecho sendero y pronto podremos ver las primeras señales que nos informa de dos molinos de agua, el de O Augardenteiro y el de Os Bandes, apellido este último común en la zona. Para verlos debemos desviarnos un pelín hasta la orilla del río. Volviendo al sendero vemos como otro cartel nos informa del mirador del río Gato al cual se llega ascendiendo un pequeño sendero. A unos 100 metros sobre una roca existe una barandilla de madera que nos protegerá de caídas. Desde allí obtendremos una gran visión del estrecho valle rocoso del río Gato y también podremos ver a lo lejos el camino que nos espera.
Volvemos a la senda principal y el camino se convierte en un carreiro secular en donde en ciertos lugares se estrecha e incluso deberemos ascender y descender por estrechos y “peligrosos” pasos. De nuevo el camino desciende hasta el río, a una zona muy frondosa. Bajando veremos en el abandono los viejos socalcos que hoy ya no se utilizan para el cultivo de la vid y del maíz. Debajo un par de construcciones en forma de molino de agua se apostan junto al río. Son los molinos de Hermenegildo y de Os Herdeiros.
Unos metros río arriba descubriremos el salto de agua del río Gato y varias pozas fabulosas. Río abajo, cerca de este punto, existe una gran roca que cruza el río y que incluso tiene marcas de carros. Es el paso de Montouto del que no sabemos su antigüedad ni su origen. Ahora la ruta discurre junto al río hasta llegar a su desembocadura al río Arnoia, en otro valle espectacular. La zona conocida como Pozo do Gordo, es digna de los mejores rincones naturales de la provincia e incluso de Galicia. El río Gato desemboca en el Arnoia en forma de una pequeña fervenza que alcanza su máximo esplendor en épocas de lluvia, épocas en donde el acceso nos será muy difícil o incluso imposible.
Ahora viene lo duro. Toca subir el valle por un estrecho e empinado sendero en donde toca ascender un desnivel de ni más ni menos que ¡200 metros! La zona de río se encuentra a unos 200 metros de altitud y Sande se eleva a los 400 m. Debemos tener en cuenta que la zona alta y llana se encuentra a una distancia sobre el mapa de solo 500 metros y el sendero lo recorre en menos de 1 km. Os podéis imaginar lo duro de este trayecto. Pero tiene su recompensa pues disfrutaremos de las vistas desde el mirador de A Peniña y de varios elementos de interés etnográfico, como el Forno de Arauxo, un viejo lagar, las Escaleras de Matusalén y de las Adegas de Mogos, además de pasar por la Fontana del Paraíso y de viejos socalcos sin uso.
Arriba nos toparemos con la aldea de Sande y su antigua iglesia barroca de origen románico. La pequeña villa, sus calles, su plaza, su fuente y sus edificaciones seculares son dignas de recorrer y de admirar. Pronto llegamos a la carretera que debemos seguir para llegar de nuevo hasta el campo de fútbol. Si vais bien de tiempo y de forma, os invitamos a salir de la ruta durante 1 km por zona llana para conocer los restos de la Torre medieval de Sande, la cual veremos desde muchos puntos de Cartelle.
Una ruta espectacular, llena de naturaleza e historia, un pedazo de Galicia que todos deberíamos conocer y disfrutar.
Muy complicada. Tramos de casi escalada. No la haría otra vez.