En el camino del Santuario de Augas Santas hay una bifurcación que se dirige o bien al citado santuario o a la legendaria e histórica villa de Armea. Histórica por que su nombre viene de un castro romano situado en las inmediaciones y legendaria por que aquí sufrió martirio Santa Mariña por medio de un prefecto romano de Armea. En esta encrucijada existe un antiguo cruceiro junto a un peto de no menos antigüedad.
Los cruceiros se disponían en lugares llenos de misterio y superstición y con ello lograba la sacralización del lugar. Este aún más, sabiendo el misterio que rodea la comarca. El peto servía para rogar por las ánimas y en él se depositaban dádivas para su intercesión. Los petos también se solían colocar en caminos y vías de importancia ya que el motivo económico era el objetivo prioritario para aquellos que lo ponían, y el camino del Santuario de Augas Santas no era precisamente una vía poco transitada. Una inscripción que no es bien legible parece datar el conjunto de principios del siglo XIX.