En las proximidades de Quintillán, concello de Forcarei, encontraremos un pequeño rincón que bien vale la pena una parada. Se trata de la fervenza y del molino de Quintillán.
El molino y la pequeña cascada se localizan a unos metros de la carretera que desde Levoso se dirige a Quintillán.
Dejaremos nuestro vehículo en el tramo antiguo de la carretera que desde 2010 ya no está en uso, pues un nuevo puente cruza unos metros más abajo el Rego de Segán.
Desde allí ya veremos el conjunto del molino, la cascada y también el puente de arco de piedra de época contemporánea que aguantó el paso de los vehículos hasta finales de la primera década del siglo XXI.
El molino do Rego de Segán aprovechaba la pequeña cascada para llevar el agua hacia el canal de entrada del rodicio. El molino se cubre a una agua, con uralita, señal de que su funcionamiento llegó probablemente hasta bien entrada la segunda década del siglo pasado. El cemento empleado en algunas de sus partes también nos dan cuenta de su dilatado uso.
La cascada o Fervenza de Quintillán tiene una altura de unos tres metros y forma una bonita postal junto al molino.
Por encima del molino veremos el Rego do Segón formando pequeños rápidos y saltos si lo visitamos en época de lluvias.